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sábado 28 de noviembre de 2009

OVNI sobre el Lago Erie





Avistamiento OVNI Sobre el Lago Erie

7 septiembre 2009
Investigación realizada por Connie MacNichols


El testigo (27 años de edad) manifestó que tanto él, su novia (de 25 años de edad) y su primo (18) estaban a la intemperie mirando una tormenta que se acercaba. Después del impacto de un rayo, su novia pudo advertir la presencia de un objeto al norte y al otro lado de la calle sobre Sandusky Bay (Lago Erie), llamando la atención de los dos varones. Según la descripción ofrecida por el testigo, el objeto tenía forma de balón de fútbol y con el tamaño aparente de una aspirina al final de un brazo extendido, con una longitud de 30 pies aproximadamente en su tamaño actual aparente. Se encontraba a 30-40 grados sobre el horizonte y a 1500 pies de distancia. No emitía sonido alguno. Se desplazaba lentamente de este a oeste, y daba el aspecto de tener un color gris como el color del cielo, pero más oscuro en su centro. Los bordes parecían ondulantes y distorsionados. Después de observar el objeto durante un minuto, este comenzó a cambiar de forma para adquirir la forma de una herradura, con la abertura apuntando hacia arriba. Permaneció así por espacio de cinco segundos antes de asumir de nuevo su forma de balón. El objeto comenzó a ganar altura hasta desparecer detrás de una nube cuatro minutos después. La duración total del avistamiento fue de cinco minutos.

La temperatura en ese momento era de 69.8 grados Fahrenheit, el viento soplaba desde el sureste a 9.2 mph y llovía con una visibilidad de 2 millas.

El testigo parecía estar convencido de que lo visto no era una nave convencional ni un fenómeno asociado a la tormenta, debido a la duración del evento. Estuve de acuerdo con su evaluación. El testigo parecía ser una persona fiable y sincera, y sólo quería saber qué era lo que había visto.

CR: William Jones – MUFON-Ohio
(Traducción de Arcana Mundi)

Fuente: http://arcanamundiblog.blogspot.com

viernes 27 de noviembre de 2009

Dimensiones Inexplicables: desafiando lo desconocido



Por Scott Corrales – Arcana Mundi
(c) 2009


Según el informe del comisario, lo habían hallado desfallecido en la cuneta de uno de los caminos vecinales. Un hombre – granjero, a juzgar por su ropa, hecha jirones – con síntomas claros de deshidratación. No fue sino hasta mucho después que recobraría el conocimiento en el pequeño hospital general de la comunidad de Morgan, Pennsylvania. Los análisis confirmaban el diagnóstico inicial de inanición, y las autoridades se preguntaban qué pudo haberle pasado para encontrarse en tan penoso estado de repente, en un lugar transitado como la intersección de las rutas 233 y 918. El misterio comenzaría a aclararse poco a poco, a la par que el paciente recuperaba el habla. Dijo llamarse Mike Henry y que era propietario de una lechería al otro lado del estado, casi en la frontera con Nueva Jersey. No sabía dónde quedaba Morgan, ni mucho menos cómo había llegado ahí. Pidió que la policía se comunicara con su esposa e hijos, y dejó de hablar por algunas horas.

Uno de los médicos – Winicki, el cardiólogo – se sentó a lado del paciente, mirándole bondadosamente. “Bueno, Mike...¿nos quieres decir lo que te sucedió?”

El paciente cerró los ojos, meditando su repuesta – una respuesta que el cardiólogo ciertamente no se esperaba. “Doctor, I’ve been to hell.” (Doctor, he estado en el infierno)...

Mike Henry afirmaría, a lo largo de una serie de entrevistas, que había salido una noche a buscar una vacas extraviada y se había encontrado con una especie de “sol” que resplandecía entre los árboles de su granja. Más estremecedora era su declaración de haber visto tres que parecían simios corriendo hacia esta cegadora fuente de luz. Pensando que eran atorrantes disfrazados, Henry se echó a correr, persiguiéndolos hacia la fuente de luz, que en todo momento consideró un enorme proyector de 500,000 candelas de fuerzas. Repentinamente todo se volvió negro. El granjero comenzó a sentir que se le hacía difícil respirar y pasó algún tiempo antes de que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad envolvente, interrumpida por una extraña fuente de luz en el cielo – una especie de sol rojo que arrojaba poca iluminación y ningún calor, pero lo suficiente como para mirar a su derredor y ver que estaba en otro sitio...un lugar cuyas características se asemejaban más a la de “una cantera durante una noche sin luna”. Lo peor era la multitud de ojos rojos en la oscuridad que le miraban a cierta distancia, y que correspondían a seres parecidos a los que había perseguido a través de la “luz”.


Antes de proseguir, debo aclarar que lo anterior es un poco de ficción de mi puño y letra, pero inspirado por una fuente autoritativa y muy importante: otro libro olvidado por la investigación ovni, UFO DYNAMICS: Psychiatric and Psychic Aspects of the UFO Syndrome (Rainbow Books, 1975) por el Dr. Berthold E. Schwarz.

El Dr. Schwarz había participado en la investigación de un caso ovni ocurrido cerca de McConnellsville, Pennsylvania en 1973 – el año durante el cual ni policías ni investigadores se daban abasto para responder a la cantidad de casos sobre OVNIS, seres monstruosos y manifestaciones anómalas en dos o tres estados contiguos de la unión americana. El caso de McConnellsville, estudiado y documentado por Stan Gordon, que estuvo presente para la mayoría de los eventos principales, envuelve no solo la aparición de un ovni a baja altura, sino la presencia de dos seres homínidos peludos (Bigfoot, si se quiere), un agente de la policía estatal, una familia entera de testigos, y la posesión del testigo principal (“Steven”) por una fuerza externa que le hizo rugir como una bestia y vaticinar eventos futuros – que no llegarían a producirse, dicho sea de paso, como suele ocurrir con las profecías ovnilógicas.

En UFO DYNAMICS, el doctor Schwarz describe el estado físico y mental del protagonista, y los distintos factores que pudieron haber tomado lugar durante el evento. Pero en cuanto a los dos seres peludos, hace una observación que nos importa en esto: el extraño resplandor verde de sus ojos sugería que los seres eran oriundos de cavernas muy profundas, o de un mundo o dimensión desconocida donde la iluminación es casi inexistente.

Extrapolando de esta afirmación, esta sería la realidad de donde provendrían criaturas como los enigmáticos Bigfoot de ojos luminosos, el hombre polilla (“Mothman”) y tal vez seres como el Chupacabras o Intruso Esporádico Agresivo.

Mi estampa ficticia sobre la extraña experiencia del inexistente Mike Henry también tiene un punto de contacto con la realidad: descripciones parecidas de seres peludos que entran y salen de poderosas fuentes de luz se han dado en las crónicas oficiales, la más reciente de ellas siendo el libro Hunt for the Skinwalker (NY: Pocket Books, 2005) escrito por e Dr. Colm Kelleher y el periodista George Knapp, y que describe los fenómenos paranormales que se siguen produciendo hasta el sol de hoy en el rancho Gorman del estado de Utah, EE.UU.

Dos de los investigadores que participaron en la investigación de la multiplicidad de fenómenos reportados en el rancho tuvieron una experiencia singular con lo que vendría a conocerse como “el túnel”.

El 25 de agosto de 1997, los investigadores escudriñaban los alrededores con sus cámaras infrarrojas hasta que percibieron una luz amarilla a 150 pies de distancia. Su brillantez iba en aumento, hasta que uno le dijo al otro: “Es un túnel y no tan solo una luz” (Skinwalker, p. 145).

Consternados, los investigadores trataron de no perder la calma y seguir midiendo el fenómeno, pero repentinamente se dieron cuenta de que “algo” salía del túnel de luz amarilla. “Dios mío”, dijo uno de los investigadores, “hay una criatura de color negro saliendo. Puedo verle la cabeza”, agregando poco después: “Oh, Dios...acaba de salir – ¡y no tiene rostro!”

El lector pensará a estas alturas que el libro de Kelleher y Knapp es una obra de ficción tipo Peter Straub o Steven King, pero se trata de una obra dedicada al estudio sistemático de los fenómenos que aparentemente vienen ocurriendo lugar desde hace décadas en esta propiedad de la cuenca geográfica de Uintah. Las manifestaciones de los “seres negros” y sin facciones se convertirían en una de las pruebas más contundentes sobre la interdimensionalidad del fenómeno.

Lo verdaderamente aterrador eran las dimensiones de los seres oscuros. Los investigadores, recuperados de su pavor, estimaron el peso del “intruso” en unas cuatrocientas libras (190 kg.) y su estatura se aproximaba a los seis pies (2 m.. Un olor fuerte y fétido acompañaba la manifestación.

Las investigaciones en el rancho Gorman habían sido financiadas por el millonario Bob Bigelow, y los investigadores reclutados para realizar la labor eran de excelente reputación y formación. Pero toda su experiencia en el campo de actividades científicas y tecnológicas no les había preparado para una experiencia de esta índole – ver como un enorme ser se abría paso por un agujero en la realidad, sólo para esfumarse en la oscuridad de la noche del Far West americano. Peor aún, las fotos tomadas del “túnel” solo mostraban una luz de contorno indefinido, a pesar de las decenas de miles de dólares invertidas por el grupo Bigelow en material fotográfico.

Mucho antes de que los investigadores descubriesen el insólito “túnel” a otra realidad, la familia Gorman había visto animales extraños en los predios: aves de un extraño plumaje rojo que no correspondían a ninguna especie conocida en la zona, grandes arácnidos, hienas inmunes a las balas y otras rarezas. ¿Especies arrastradas accidentalmente por el túnel desde su realidad a la nuestra, o arrojados deliberadamente para comprobar nuestras reacciones? Lo cierto es que desaparecían a los pocos días de haberse manifestado inicialmente, y en el caso de los extraños cánidos parecidos a hienas, capaces de atacar a los caballos de la granja con impunidad.

Sin embargo, años antes de estas investigaciones en el rancho Gorman, Tom Dongo, un vecino de Sedona, Arizona (EE.UU.) mejor conocida como “la capital de la Nueva Era”, había logrado fotografiar estos túneles a otros niveles de existencia – reproduciéndolas en un libro que tuvo amplia difusión en su momento. Pero lo que podía “verse” al otro lado de los túneles fotografiados por Dongo era un paisaje oceánico muy distinto al desierto que rodea a Sedona, llegando a capturar imágenes de un humanoide borroso. (Dongo, Tom y Bradshaw, Linda. Merging Dimensions: The Opening Portals of Sedona, Hummingbird Publishing, 1995)

No deja de ser interesante que Jacques Bergier, escribiendo sus libros casi tres décadas antes de estos eventos, mencionara que algunos satélites artificiales retrataran paisajes de nuestro mundo que no correspondían a la geografía que conocemos. Aunque los expertos casi seguramente descartaron las imágenes a las que se refiere el genio francés como “errores de procesamiento”, podríamos teorizar que resulta posible que el ojo electrónico llegue a ver realidades que no son aparentes para la vista humana, presa del estrecho campo visual de 6000 angstroms.

¿Y qué podemos decir de estos mundos desconocidos? El autor de las viejas pulpas de “Blade” insistía en que hablar de dimensiones era para niños, y que su protagonista se desplazaba de una “frecuencia” a otra, como si fuese el cuadrante de una radio. ¿Tendría razón, y estos mundos conviven con nosotros al igual que una estación que transmite rock existe al lado de otra de música clásica, totalmente ajenas de su existencia y la de otras emisoras? La evidencia del rancho Gorman – sin abusar lo que se entiende por “evidencia” – sugiere un mundo de vida animal, con pájaros e insectos de características tropicales, tal vez una interminable selva. Pero, ¿qué podemos decir de los mamíferos – si es que lo son – que también visitan nuestro mundo? Los seres negros y peludos con ojos fosforescentes vendrían de una realidad, dimensión o “frecuencia” muy distinta – tal vez un mundo sumido en la oscuridad total, donde las criaturas que denominamos Bigfoot, yeti, pie grande, y otros nombres libran batallas contra los hombres polilla, chupacabras, hienas por el dominio de un paisaje estéril e inhóspito. En estas cuestiones acudimos a La octava torre de John Keel, el libro de texto por excelencia acerca de las criaturas raras que nos visitan:

“Resulta más factible pensar que estos no son animales, sino distorsiones de la realidad, insertadas en nuestro espacio-tiempo por las maliciosas fuerzas del superespectro. La densidad de algunas de estas criaturas indica que no son de carne y hueso, sino que están hechas de átomos altamente condensados comparables a los del plutonio. Y al igual que el plutonio, metal radiactivo hecho por el hombre, se deterioran a una tasa sumamente veloz. El plutonio es muy pesado, y solo se requieren once libras para confeccionar una bomba atómica.

“Puesto que las masas energéticas del superespectro pueden alterar sus frecuencias y desplazarse a lo largo del espectro electromagnético, podemos suponer que también son capaces de manipular la estructura atómica para internarse a nuestra realidad, creando átomos compatibles con nuestra estructura atómica. Los antiguos dieron el nombre de transmogrificación a este proceso. Los átomos de mayor peso y más compactados, con un campo denso de electrones en sus orbitas, disipan su fuerza con rapidez. El plutonio es un elemento muy poco estable, propenso a la combustión espontánea. Imaginemos que cuando las energías del superespectro vibren hasta llegar a nuestra realidad, se trocan en átomos de vida muy corta y densidad inusual. En las primeras etapas de su creación, los seres transmogrificados son relativamente inofensivos, pero cuando comienza a producirse el deterioro, comienzan a desprender electrones y radiaciones que causar daño a los seres humanos y animales, en la misma forma que los platillos voladores hacen daño.

“Algunos monstruos permanecen en nuestro medio por varios días, y son vistos por muchos, antes de desaparecer por completo. Los animales sufren daños simbólicos durante este período, ya que los monstruos intentan reponer sus menguantes fuerzas con materia terrena de origen animal. Pero llevan las de perder, y el monstruo acaba derritiéndose, dejando poco más que un terrible olor.

“En algunos casos, aparecen OVNIS sobre los monstruos, disparando haces de luz sobre ellos. Los monstruos desaparecen, dejando tras de sí un residuo de carburo de silicio (SiC), compuesto cristalino sumamente duro que se ha recogido en numerosos sitios [en que ha habido] aterrizajes de OVNIS o manifestaciones de seres monstruosos. Se le confunde a veces con la escoria normal de una fundición. Lógicamente, es lo único que queda del proceso de transmogrificación”
(Keel, The Eighth Tower, p. 101-102)

Ahora abordamos el tema con el que comienza este escrito. ¿Puede un ser humano entrar a una de estas realidades o frecuencias? En el caso del rancho Gorman descrito por Kelleher y Knapp en su libro, y si los investigadores hubiesen hecho de tripas corazón, ¿les hubiese sido posible internarse en el “túnel” para llegar al punto de origen del ser peludo sin rostro? De haberlo conseguido, ¿ hubiesen sobrevivido a la presión, temperatura o atmósfera de esa realidad? O más escalofriante aún -- ¿les hubiese sido posible volver a nuestro mundo?

Al autor Brad Steiger se le puede conferir con gran justicia el título de “decano de los escritores de lo paranormal” (¡O canciller, ya de estar!) por sus cientos de libros publicados sobre distintos aspectos del misterio, una labor que persiste hasta el día de hoy. De uno de los libros de Steiger – Strange Disappearances (NY: Lancer Books, 1972) – se desprende una narrativa sorprendente para la que no existe corroboración alguna. O aceptamos la sinceridad del testigo, y la honestidad de Steiger, o nos refugiamos en el inútil “testis unum, testis nullius” del derecho romano.

Steiger tuvo la oportunidad de mantener un intercambio epistolar con un individuo supuestamente capaz de internarse a voluntad en estos otros niveles de existencia. Al Kiessig, natural de Missouri (EUA) escribió detalladamente sobre sus experiencias con los portales dimensionales o "puntos de acceso" a otras realidades.

Pero dejemos que nos lo cuente el mismo Steiger:

“En Febrero de 1971, poco después de la aparición en la revista SAGA de una nota mía sobre los viajes en el tiempo, recibí una carta de un caballero de talento inusual cuyo nombre era Al Kiessig, cuyo don era el atravesar las “puertas” entre dimensiones. En nuestro intercambio epistolar, Kiessig compartió un sinnúmero de experiencias conmigo, y descubrí que mi corresponsal era un hombre franco y sincero. El lector, por supuesto, tendrá que juzgar la validez de sus experiencias por sí mismo”.

Kiessig informó al escritor que uno de nuestros "universos vecinos" es un entorno insonoro que carece de viento o de sol, aunque su cielo dispone de suficiente luz como para sugerir la existencia de semejante astro, y que él mismo pudo internarse en dicho mundo mientras que paseaba a su perro en Arkansas en diciembre de 1965.

“Existen dos sitios, uno en Missouri y otro en Arkansas”, reza la carta del caminante interdimensional, “en los que pude pasar a nuestro universo vecino. Es un lugar muy silencioso. Hasta se parece a nuestro mundo, pero no hay sonido, ni viento, ni sol, aunque parece que el sol está brillando. En el estado de Missouri descubrí dos campos que disponían de portales, o lo que yo llamo vórtices. No importa a donde caminara uno, siempre se regresaba al punto de partida, y si hubiese dado con el centro del vórtice, entonces hubiese salido en un lugar irreconocible a una o dos millas de la entrada. Era necesario recuperar el equilibro interno antes de poder reconocer el entorno. Cada portal es distinto, pero creo que si uno fuese capaz de reconocer estas aberturas, sería posible usar el portal en Arkansas para llegar hasta tu casa en Iowa.” (Strange Disappearances, p. 145-46)

Este mundo silencioso parecía imitar al nuestro, copiando hasta los detalles de las casas de madera descubiertas por Kiessig en su paseo. Pero el silencio, la ausencia de vida animal y de seres humanos infundían pavor. También parece haber una diferencia de tiempo considerable entre ambas dimensiones.

Kiessig pasó a mencionar una región sin nombre en las montañas Ozark desde la cual podía ver otra dimensión con claridad, y ver la manera en que sus habitantes entraban a la nuestra. Kiessig afirmó su creencia que esta otra dimensión paralela representaba "el infierno terrenal donde Jesucristo predicó por tres días antes de ascender al cielo". Según Kiessig, otras puertas dimensionales conducen "a una tierra sin vida. Otras te llevan al pasado, y otras te conducen al futuro de este mundo".

El mundo vacío visitado por Kiessig recuerda poderosamente a la “realidad anterior al comienzo del tiempo” – la realidad que existe entre los segundos del reloj, vaya – que nos presenta Stephen King en su novela “The Langoliers”. Si la experiencia del corresponsal de Steiger resultara ser verídica - ¿existen copias de nuestra realidad, mayormente inútiles, como los archivos TEMP de nuestros ordenadores? Si soltamos las riendas de nuestra imaginación, podemos conjurar una situación en la que un pobre diablo cae accidentalmente en uno de estos universos copia, creyendo todo el tiempo que está en el suyo, por sutiles que puedan ser las diferencias, hasta que una fuerza exterior venga a borrar los archivos superfluos...

Fuente: http://arcanamundiblog.blogspot.com

¿Criatura tipo "Mothman" en Ohio, USA?



Dibujo del Testigo

Encuentro cercano con criatura tipo “Mothman” en Stow, Ohio
Por Scott Santa, MUFON-Ohio

Comentario: Este artículo también aparece en la página web de la Munroe Falls Paranormal Society en www.munroe-falls-paranormal-society.com

La Munroe Falls Paranormal Society (MFPS) es un grupo sin fines de lucro que reúne a investigadores de lo paranormal basados en Munroe Falls, Ohio, justo afuera de la ciudad de Akron. Con una experiencia colectiva de 40+ años en la investigación y documentación de lo paranormal, el equipo MFPS presenta un acercamiento profesional a la resolución de fenómenos paranormales.


Fui contactado por una persona que tuvo un avistamiento totalmente insólito de un ser extraño en Stow, Ohio, comunidad aledaña a mi pueblo. La esposa del testigo se comunicó conmigo para compartir este relato y después de varios días de negociaciones, el testigo convino en reunirse conmigo para recrear los sucesos oralmente y responder a mis preguntas. El testigo titubeaba considerablemente, pero su esposa le persuadió a compartir su relato.

Durante la noche del 14 de septiembre del 2009, el testigo conducía hacia su lugar de trabajo a eso de las 10:15 p.m., con rumbo norte hacia Hudson Drive. Justo cuando el testigo pasaba por debajo del puente de la Ruta 8, a la altura del restaurante Applebees’ en Hudson Drive, se percató de la presencia de un ser negro de 9 ó 10 pies de estatura. No pudo verle cabeza ni rasgos faciales. La duración del evento fue de aproximadamente 5-10 segundos. La criatura estaba a 15-20 pies de su vehículo. El testigo tuvo la sensación de que el ser le miraba y que su presencia era “exclusivamente para él”. No hubo ningún otro automóvil presente durante el evento. Inmediatamente después de devolver su atención a la carretera, miró por el retrovisor y la criatura ya no estaba. No pudo ver si el ser desapareció o salió volando. El testigo se puso nervioso y asustado. Sintió que palidecía y que sus ojos lagrimeaban descontroladamente. Su primer pensamiento fue en regresar a su hogar, olvidando el trabajo. Trato de llamar a su esposa por teléfono, pero el celular no funcionaba (ni la libreta programada ni las teclas de ingreso manual servían). El móvil seguía desplegando el mensaje CALL FAILED (llamada fracasada) que nunca había visto antes. El teléfono estuvo inservible hasta la rampa de acceso a la carretera I-271, aproximadamente 8 ó 10 millas de camino. El testigo llegó a su trabajo, arrepintiéndose de no haber dado la vuelta para regresar a su hogar. La experiencia le dejó traumatizado y tuvo una “mala noche” en el trabajo.

El cielo estaba despejado y estrellado. No se conoce ningún otro testigo, ni hubo presencia de animales. Aparte del lagrimeo incontrolable de sus ojos, no se produjeron otros efectos físicos ni fisiológicos. Aparte de la inoperabilidad del móvil, no se produjeron otros efectos adversos sobre los objetos estáticos, como las luces eléctricas, el coche en sí, o su reloj pulsera. El testigo se abstuvo de darle una interpretación religiosa al tema. No hubo ningún lapso de memoria ni sueños relacionados con el avistamiento de este ser.

El testigo tuvo un encuentro con un objeto aéreo no identificado (UAO, en inglés) a los diez años de edad cuando vivía en Akron, pero no ha vuelto a tener experiencias paranormales en su vida.

El testigo declaró que inmediatamente después del avistamiento, comenzó a sentirse más y más ofuscado y temeroso mientras más avanzaba. Tenía la sensación de que el ser le estaba esperando y que muy posiblemente le seguía, pero no volvió a verla esa noche. Al día siguiente, de regreso a su casa, y al acercarse al puente de la Ruta 8, comenzó a sentir que le lagrimeaban los ojos. Esta sensación despareció al alejarse del puente.

El testigo me proporcionó un dibujo a lápiz de lo que vio esa noche. Cuando vi el dibujo, quedé sorprendido por el parecido que guardaba con el dibujo realizado por el primer testigo de MOTHMAN en Point Pleasant, Virginia Occidental, en 1966. Mi reacción intuitiva es que el testigo es sumamente fiable y sincero en su testimonio. En ningún momento trató de agregar detalles a su narración – y me la relató dos veces – ni a su dibujo, que era un boceto bastante sencillo. Así que a fin de cuentas, no tenemos respuestas. No obstante, el dibujo y su parecido sorprendente con el legado de MOTHMAN me intrigan. Seguiré en contacto con el testigo y le visitaré periódicamente, esperando ansiosamente si se producen encuentros adicionales en esta zona que puedan validar la manifestación de este ser.

(Traducción por Arcana Mundi)

Fuentes:
http://arcanamundiblog.blogspot.com
www.munroe-falls-paranormal-society.com

miércoles 25 de noviembre de 2009

Cementerio Sud de San Andrés de Giles



Llamado Cementerio Sud, su construcción se hizo necesaria a raíz de la gran cantidad de personas que fallecieron en San Andrés de Giles(Buenos Aires) entre 1869 y 1871 como consecuencia de las epidemias de fiebre amarilla y de cólera. Sus obras se terminaron el 29 de noviembre de 1873 y este cementerio fue el tercero con que se contó en este pueblo. Sus construcciones, cruces y quienes allí yacen sepultados, antiguos pobladores gilenses, convierten a este sitio en un lugar de relevante valor histórico. Hoy en día, solo quedan los restos de este lugar.













Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com

El Cementerio Lychakivskiy (Ucrania)



No sé si será por estar situado en una colina fértil, donde las sombras de los altos árboles producen un mar de luces y sombras que lentamente recorren las antiguas tumbas, como en un recuento diario y perpetuo. No sé si será porque la vegetación y las vivas flores no saben de muertes ni penas, y se empeñan, insolentes, en confundirse con los musgos que hacen las veces de cómodas botas de ángeles, vírgenes y cristos de roca. Será el conjunto supongo, lo que hace de este lugar uno de los más bellos cementerios de el centro de europa.

El cementerio Lychakivskiy se comienza a construir en el año 1787 en las colinas de las afueras de la ciudad de Lviv (Ucrania), tras un decreto del gobierno Austrohúngaro que obligaba a las ciudades a sacar los campo santos del interior de los núcleos urbanos. Existen varios cementerios más en la zona pero Lychakivskiy no tarda en convertirse en el principal y más solicitado por la clase media y alta de la ciudad. El proyecto inicial es obra de Karol Bauer, jefe del jardín botánico y profesor de la universidad de Lviv. A mediados del siglo XIX sufre una gran reforma y ampliación. Este cementerio, dada la mezcolanza de religiones y dogmas de la zona, se convierte en todo un signo de pluralidad; protestantes, ortodoxos, cristianos romanos y orientales, todos entierran allí a sus parientes. (Algo no demasiado común, pues cada religión solía tener sus propios cementerios en esta zona del este europeo).

Tras la 2ª guerra mundial, la ciudad pasa a formar parte de la República Socialista Soviética de Ucrania. La población Polaca es literalmente expulsada a los territorios ex alemanes, que tras la conferencia de Yalta, son cedidos a Polonia. Las relaciones entre Ucranianos y Polacos no son demasiado buenas. Los nuevos ciudadanos de Lviv no tienen demasiados miramientos con el cementerio que es prácticamente destrozado, aunque corre mejor suerte que un cementerio vecino que se convirtió en aparcamiento para camiones. Por suerte, en 1975 el cementerio es declarado monumento histórico nacional y comienza su lenta restauración hasta nuestros días.

Como curiosidad, en 1918 se construye en este cementerio un monumento a los soldados defensores de la ciudad, años después las cenizas de esos soldados anónimos serían llevadas a Varsovia y con la llegada de los rusos, el monumento sería destrozado por completo. El gobierno de la ciudad nunca quiso reconstruir ese monumento pero a finales de los ochenta, un grupo de trabajadores Polacos que se encontraban trabajando en la cercana ciudad de Khmelnitsky, decidieron restaurar el monumento por su cuenta, pese a muchos problemas y las prohibiciones, al final, lo dejaron como en sus mejores tiempos.

Este monumento, junto al cementerio, son uno de los lugares más visitados turísticamente en la comarca de Lviv.









Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com

El Cementerio de Trenes de Uyuni



El altiplano Boliviano es en su conjunto un mundo irreal donde los paisajes que encuentra el visitante se le antojan más propios de la imaginación de un pintor surrealista que de la propia obra y capricho de la naturaleza. Uyuni es conocido popularmente por su salar, una gigantesca extensión blanca de sal y litio rodeada de abruptas montañas, pintorescos desiertos y lagunas de colores imposibles que son la delicia de flamencos y turistas. Y como broche de bronce para estos increíbles parajes, encontramos el viejo cementerio de trenes de Uyuni, aunque para ser sinceros, en lugar de bronce deberíamos decir fierros retorcidos y oxidados.

El pequeño pueblo de Uyuni, perteneciente al estado de Potosí, fue el primer lugar de Bolivia donde se escuchó el silbido de un tren. Allí se tendió la primera línea ferroviaria del país en 1899, que unía Uyuni con Antofagasta. El potencial de las minas de plata de Huanchaca hicieron que el ferrocarril pronto se convirtiera en columna vertebral del desarrollo industrial y como los juncos en las orillas fértiles de los ríos, muchos pueblos nacieron a la orilla fértil de las vías. Pero los trenes partían repletos de plata y, a cambio, en ellos solo regresaban gentes de otros lugares con la única intención de subsistir y ganarse la vida, sin reparar en la honradez para conseguirlo. Y como suele suceder en estos casos, los beneficios de la plata fueron a bolsillos extranjeros hasta que otro lugar les fue más rentable que Uyuni y, lentamente, los trenes que fueron vida y orgullo de aquellas gentes fueron quedando varados en las solitarias vías muertas de este lugar.

Hoy en día, los perfiles herrumbrosos de todas aquellas máquinas permanecen desafiantes al terrible clima, como museo del pasado o como continentes vacios para el recuerdo de todas las historias que se vivieron y contaron en su interior. En días de fuerte viento, éste se cuela por los orificios desvencijados haciendo silbar de nuevo a las máquinas, que quizás, todavía no se percataron de que jamás llegarán a la próxima estación.







Fuente: http://tejiendoelmundo.wordpress.com

Sara y las Estrellas



Por Doorkeeper

Tintinean alegremente los geométricos y fríos cubos de hielo al sentirse libres por fin de su cárcel de plástico. No son conscientes de que su final es sucumbir bajo el ardiente fuego del bourbon que generosamente les baña en ese momento. Ignorantes, crujen y se quiebran en su interior, extasiados ante el fulgurante calor del alcohol.

Sara apenas percibe esta lenta agonía mientras corre desnuda con el vaso ancho en su mano derecha. Acaba de salir de la ducha y, con la piel húmeda aún, se ha abalanzado al bar del salón con el único propósito de prepararse una copa tranquila. Registra entre los montones de ropa que hay en su dormitorio y que guardan pacientes cola para ser llevados a la lavandería... - ¿ Dónde estará la puta camiseta?... ¡ ajá!... ¡ te encontré!

... y sus ojos brillan mientras cubre el bronceado cuerpo con aquel harapo blanco que perteneció a un antiguo amor. - Debería quemarla en vez de ponérmela -murmura mientras bebe con avidez- nunca más volveré a enamorarme, nunca, nunca jamás... Sus pies descalzos sienten el contacto del frío mármol de los peldaños de las escaleras y Sara sonríe por primera vez en todo el día consciente de su propia desnudez apenas cubierta por aquella vieja camiseta. Algo más relajada desciende hasta la planta baja de su casa. Abre el gran ventanal que da al patio y se deja acariciar por la tenue brisa de una maravillosa noche de verano. Las estrellas están más resplandecientes que nunca y su luz parece atravesar el alma obligándola a sentirse pequeña. Vuelve a crujir el hielo en el vaso de Sara y sonríe de nuevo pensando en como hielo y bourbon forma un solo cuerpo. Quizás el amor sea lo mismo, piensa, primero oyes las campanas del flechazo y sueñas feliz, luego crujes de dolor al igual que el hielo y por último terminas diluyéndote en el calor de la personalidad del otro, adaptándote a él y olvidándote de quién eras al inicio... pero... y los que no aceptan ser diluidos por la otra persona? ... quizás estemos condenados a vagar solitarios por la vida...

Perdida en sus meditaciones atraviesa la oscuridad del patio acompañada únicamente por el destello que la luna deja en los últimos resquicios del hielo. Sus largas piernas toman posesión del cómodo y colorista chinchorro mientras sus oscuros ojos se pierden entre las dueñas absolutas de la noche, las estrellas, esas pequeñas espías que sigilosas ven, callan y otorgan... Así tumbada, sintiendo el gélido aliento del vaso sobre su cálido vientre, todo parece carecer de importancia. La infinitud del firmamento, la suave brisa, el profundo perfume de las flores nocturnas... todo, absolutamente todo, parece conjurarse en silencio para que su alma se adormezca y deje de sentir. Hasta el murmullo del agua de riego suena a vieja canción de cuna. Entre las nubes de alcohol Sara se arrepiente de no haber seguido con más interés las explicaciones que le daba su padre sobre la disposición de los astros. Tenía suerte de reconocer Venus y poco más... Y …¿ Marte?... ¿Dónde estará Marte? - Un estirado compañero de trabajo le había dicho que en estos días era fácil de percibir -... un pequeño punto rojizo... uhmmm... un puntito...

Comenzó a mecerse y a dejarse llevar por la impresión de que eran aquellas luces las que se movían mientras ella permanecía inmóvil, allí tumbada. Bailaban para ella, bailaban para mitigar su soledad y su tristeza... Cerró los ojos y se dejó embargar por aquel calor que surgía de su interior. Padre Bourbon que estás en mi vaso, santificado sea tu nombre, venga a mí tu calor, hágase tu voluntad así en mi mente como en mi cuerpo...

Y Sara dejó de ser Sara. Su mente por fin se había diluido como el hielo en el alcohol, como las estrellas de aquella noche con las primeras luces del alba... y de su mano yerta cayeron un puñado de pequeñas pastillas al igual que gotas de rocío temprano. Nunca, nunca jamás, volvería a sentir dolor en el alma.

Fuente: http://www.pleiads.com

martes 24 de noviembre de 2009

¿Gárgolas en Virginia Occidental?



Por Scott Corrales

El ser alado que ha recibido el mote de Mothman u "hombre polilla" pertenece al género denominado "los extraños volantes" (winged weirdos) por los criptozoólogos y otros avezados en la materia. En todos las épocas y países del mundo se han recopilado historias acerca de criaturas vagamente humanóides con alas que se desplazan tanto de día como de noche, inspirando temor en aquellos que los ven.

Por algún motivo, dicho género de criaturas se ha manifestado repetidas veces en todas partes de los Estados Unidos, pero ninguna de ellas ha recibido el grado de atención dado al "hombre polilla" de Virginia Occidental. Este extraño ser comenzó a manifestarse a principios de la década de los '60, cuando una dama de sociedad que conducía su auto a través de la región boscosa conocida como el parque Chief Cornstalk vio una figura humanóide en el centro de la carretera. "Reduje la marcha, y cuando nos acercamos, me di cuenta que no se trataba de un hombre," recuerda la señora.

"Se trataba de una gran figura gris. Repentinamente, desplegó una enormes alas que iban de un lado de la carretera a la otra, y despegó verticalmente, perdiéndose de vista en segundos...quedé espantada, y salí del lugar a toda velocidad".

Durante los años 1966 y 1967, y en determinadas ocasiones en décadas posteriores, más de cien personas en el valle del río Ohio (separando a los estados de Ohio y Virginia Occidental) fueron testigos del "hombre polilla" y de la actividad OVNI y paranormal que se produjo en torno a dichos avistamientos.

El primero de ellos sucedió hace más de 20 años, en la tarde del 14 de noviembre de 1996 en un campo cerca de Salem, Virginia Occidental. Newell Partridge, un contratista de obras, estaba viendo televisión en su casa cuando la imagen en su televisor quedó en blanco y sustituida por unas rayas grises muy finas.

El problema electrónico sucedió justo en el mismo momento en que Bandit, el sabueso de Partridge, comenzó a dar aullidos a la entrada de la residencia. Extrañado, Partridge tomó una linterna y salió a investigar. Pudo ver que el perro fijaba su vista en un granero a unos cien metros de la casa. Apuntando el haz de luz en dicha dirección, Partridge se quedó pasmado al ver dos enormes ojos rojos que lo miraban desde la oscuridad.

Gruñendo, el perro corrió en la dirección señalada por la linterna; su dueño, muy al contrario, se sintió invadido por un terror indescriptible que le hizo retroceder hacia el interior de la habitación y pasarse el resto de la noche con un revólver al lado de la cama.

Al día siguiente, Partridge se aventuró a seguir las huellas de su perro, sólo para descubrir que las huellas del sabueso desaparecían abruptamente. Nadie jamás volvió a ver a Bandit.

En la misma manera en que los seres de tipo Bigfoot se manifiestan en lugares abandonados o aislados, el "hombre polilla" se asentó en una región derrumbada que había sido utilizada para fabricar explosivos durante la 2da Guerra Mundial y que era conocida por los lugareños como la "zona TNT".

Fue precisamente en dicho sitio que Roger y Linda Scarberry, acompañados por Steve y Mary Mallette, se encontraron con la criatura. Según el testimonio de las parejas, el ser tenía alas enormes como la de un murciélago, y que podía plegarlas contra su espalda; carecía de cabeza, y los enormes ojos rojos parecían estar en su torso.

Los aterrorizados jóvenes, que habían visitado el inhóspito lugar en automóvil, salieron disparados a más de 160 kmh, tratando de ganar la seguridad de Point Pleasant, la población más cercana. Cuál no sería su pavor al ver que más adelante en el camino había otra criatura del mismo tipo o la misma, que desplegó sus alas y voló sobre su automóvil, siguiendo a las dos parejas hasta la entrada del pueblo.

El 16 de noviembre de 1966, varias familias de la región se reunieron para visitar la zona TNT juntas y ver las manifestaciones del fenómeno ovni que coincidieron con las apariciones del "hombre polilla" (mas de mil casos de ovnis fueron recopilados durante este plazo de tiempo).

El extraño ser parecía estar esperando a su visita en la entrada de la casa de Ralph Thomas: todos pudieron ver una gran figura gris, más grande que un hombre, con dos resplandecientes ojos rojos. Los despavoridos testigos se internaron en la casa de la familia Thomas, quedando atónitos al ver que el "hombre polilla" seguía merodeando alrededor de la casa, asomándose a la ventana de sala en un momento determinado.

Los investigadores John Keel y Gray Barker, quienes escribirían sobre el tema en sendos libros, The Mothman Prophecies (Las Profecías del Hombre Polilla) y The Silver Bridge respectivamente, concuerdan en que las apariciones de la dantesca criatura disminuyeron mientras que los avistamientos ovni y fenómenos relacionados (poltergeist, Hombres de Negro, etc.) iban en aumento.

El consenso de ambos autores es que las manifestaciones de Mothman acabaron por completo en Noviembre de 1967, pero estaban equivocados. El fenómeno parece haberse conectado a dos familias en particular: el matrimonio Scarberry y la familia Thomas.

El "hombre polilla" sintió una atracción especial por Linda Scarberry, quien manifestó haber sido acechada por el fenómeno por más de dos años.

Cuando ella y su marido alquilaron un pequeño apartamento en Point Pleasant, descubrieron una noche que la criatura se había apostado en el techo de un edificio contiguo, mirándolos a través de la ventana.

Según la testigo, estaba tan acostumbrada a ver la aparición que sencillamente cerró las cortinas.

"No supe qué pensar," dijo Canfield a un reportero del periódico Tacoma News Tribune, "la criatura me miraba como si no supiese qué hacer.

Me asusté mucho, pero no me sentí amenazado." La criatura eventualmente desplegó unas alas enormes y levantó vuelo, perdiéndose en la noche. La prensa no demoró en darle el mote de "Batsquatch" a la criatura (combinación de murciélago y Sasquatch).

En el epílogo para la reimpresión de The Mothman Prophecies (1992), John Keel comenta que Point Pleasant ha crecido tanto que la zona TNT aloja hoteles, restaurantes y clubes de golf -los lugares en donde tomaron los avistamientos de la célebre criatura- han dejado de existir, pero las casamatas de hormigón y acero que caracterizaron la zona TNT aún pueden verse: según la tradición local, las casamatas conducen a túneles subterráneos que fueron llenados de escoria radiactiva en la década de los '50.

Aunque las autoridades han negado la presencia de radiactivos, los residentes alegan haber visto insectos mutantes y en 1990, el rotativo Point Pleasant Register informó un cazador había disparado contra un perro macrocéfalo y deforme en dicha zona.

No resulta sorprendente que los vecinos de Point Pleasant prefieran platicar sobre la importancia de su comunidad como un centro de vacaciones veraniegas, conciertos de música "country" al aire libre y otros pasatiempos en vez del pasado paranormal de la región.

Pero algunos lugareños no han olvidado al "hombre polilla", y en 1995, sobre un letrero en la Zona de Restauración Ambiental de la vieja "zona TNT", alguien dejó un graffito que reza: Mothman shall return! (¡El hombre polilla regresará!).

Fuente: http://www.canalincognito.com

Sor María Jesús de Ágreda (La Dama de Azul)



Cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús



Sor María Jesús de Ágreda o la Venerable, como se la conoce en su tierra de Soria, fue una monja de clausura cuya polémica vida transcurrió a lo largo del siglo XVII, y que residió en la misma casa que la vio nacer, un 2 de abril de 1602, hasta su muerte acaecida el 24 de mayo de 1665.

Salvando el hecho de que su madre, Doña Catalina, siendo ella muy joven aún, decidiera convertir la mansión familiar en un convento Concepcionista donde ingresaría acompañada de sus hijas, la propia María y su hermana Francisca, mientras su marido y padre de las niñas decide retirarse a su vez al convento franciscano de Nalda, podríamos decir que la vida de la Venerable transcurre en paz en una existencia plena de recogimiento y oración, como la que puede tener cualquier religiosa de la época.

Sin embargo, hacia su mayoría de edad, después de cumplir 18 años, una aureola de misterio empieza a envolver a Sor María, que acaba convirtiéndola en un personaje digno de estudio, hasta el extremo de que el Santo Oficio se interesa por el asunto y abre una profunda investigación.

La fama de santidad de La Venerable, que será nombrada abadesa a la edad de 25 años, traspasa los muros del convento al hacerse notorias cualidades extraordinarias, como las llamadas “muertes místicas” en las que durante varias horas permanece inmóvil e insensible a todo tipo de estímulos; estos períodos de tiempo culminan en un éxtasis acompañado de arrobamientos y levitación. Pero si esto ya de por sí, es digno de tenerse en cuenta, resulta aún más desconcertante la leyenda que circula en torno a su figura:

Se cuenta que Sor María tenía el don de la bilocación, es decir que, mientras que su cuerpo permanecía en el convento, del que nunca saldría físicamente hablando, su espíritu se despegaba de su persona y viajaba a otros lugares. Así, fue vista por unas tribus de indios que vivían en la baja California, los xumanas o jumanos, a los que ella se dirigía predicando el Evangelio y hablándoles de Jesucristo, e incluso llevándoles rosarios que distribuía entre los pieles rojas.

La leyenda se quedaría en eso, en leyenda, si no fuera porque existen testimonios escritos por un fraile, el padre Benavides, que nos cuenta en sus crónicas que, al llegar a unos territorios habitados por pueblos indígenas con la intención de catequizarlos y hablarles del mensaje de Jesucristo, se encuentra con la sorpresa de que éstos ya conocían la palabra de Dios, por boca de una extraña dama vestida de azul que se les había presentado varias veces y les había dejado como regalo los mencionados rosarios.

Fray Alonso escribe al papa Urbano VIII y al Rey Felipe IV preguntándoles quien le había precedido en su ministerio, pero no obtiene respuesta satisfactoria hasta 1630 cuando regresa a España y oye hablar de los milagros de Sor María, entonces, deseando conocerla personalmente se presenta en el convento, donde descubre asombrado que el hábito de la monja es azul como el que le describieron los indios.

El Rey Felipe intrigado por los acontecimientos, después de que Sor María saliera absuelta por el Santo Oficio de las acusaciones a ella imputadas, decide ir al convento a visitarla, aunque no será la única vez que lo haga, y queda tan impresionado por la personalidad de la religiosa que, a partir de aquel momento, entabla con ella una correspondencia regular que solo finalizará con la muerte de la Venerable, cuyo proceso de beatificación iniciado en 1765 por el Papa Clemente X está en suspenso.

Sor María nos deja varios libros escritos por ella misma: “Cartas a Felipe IV”, “Vida de la Virgen”, “Escala para subir a la perfección”, “Ejercicio cotidiano”, “Ejercicios espirituales” y “Leyes de la esposa”. Su principal obra: “Mística Ciudad de Dios”, que según su autora le fue dictado por la propia Virgen María, fue muy popular en esa época, y levantó un gran revuelo, hasta el extremo de que la Suprema Inquisición de Roma llega a prohibir su lectura, prohibición que levanta en 1681 un Decreto de Inocencio IX.

Luego, durante el siglo XVIII, vendrá una lucha religiosa plagada de polémicas entre los “agredistas” y “antiagredistas” , en la que se inmiscuirán, no solo la Iglesia que aún no se ha pronunciado sobre el don de la bilocación o la milagrosa aparición de Sor María en tierras americanas, ni sobre los numerosos milagros atribuidos a la religiosa, si no también Universidades europeas de gran prestigio: Salamanca, Alcalá, las italianas Lovaina y Coimbra, y hasta la misma Sorbona de París.

Actualmente los restos de Sor María Jesús de Ágreda reposan en la iglesia del Convento de la Inmaculada Concepción de Ágreda, en la misma casa en que nació y vivió toda su vida, y de la que jamás salió desde que cumpliera 16 años.

Como si el destino quisiera ratificar unos hechos, afirmados como ciertos por algunos y tachados de increíbles por otros, el cadáver de la Venerable sigue incorrupto, quizá para demostrar a los incrédulos, que su apariencia física perdurará, entre los muros que la vieron nacer, en una “eterna muerte mística”.

Fuente: http://personajesyleyendas.blogspot.com

Faros Nucleares en las Costas Rusas











La costa norte rusa es un vasto territorio de varios miles de kilómetros dentro del Círculo Polar. Durante décadas, los largos inviernos polares en los que la luz solar es prácticamente inexistente, combinados con las abruptas y peligrosas costas, se convirtieron en un verdadero quebradero de cabeza para la seguridad de los miles de barcos de carga que usaban esta ruta para conectar la parte oriental y occidental de Rusia.

En nuestros días, con la aparición de los satélites y la navegación con GPS, ha solucionado el problema, pero a mediados del siglo pasado las autoridades tuvieron que buscar soluciones para este problema.

Fue así como el Partido Comunista de la Unión Soviética decidió construir una cadena de faros para guiar a los barcos en la oscuridad de la noche polar en estas costas deshabitadas. Los faros, situados a cientos de millas de áreas pobladas, debían de ser completamente autónomos, puesto que en lugares tan alejados e inhóspitos no se disponía de ninguna fuente de alimentación externa. Fue así como los ingenieros soviéticos decidieron emplear la energía atómica, creando una serie de pequeños reactores atómicos producidos en serie limitada expresamente para ser instalados en estos faros del Círculo Polar.

Los reactores podrían trabajar de modo independiente durante muchos años sin requerir intervención humana alguna. Según la época del año, los faros se ajustaban automáticamente para encenderse cuando era necesario, a la vez que enviaban una señal de radio de advertencia a los barcos que pasaban cerca.

Durante varias décadas, los faros cumplieron su función, hasta la caída de la Unión Soviética, en la que su mantenimiento fue cayendo en el olvido. Poco a poco, todos los faros fueron desatendidos y, tras averías que nadie se preocupó en solucionar, sus luces quedaron apagadas por siempre. Por otro lado, la mejora tecnológica en los sistemas de navegación de los barcos también fue causa de que nadie se preocupara demasiado por aquellos antiguos y ruinosos faros y, según parece, tampoco recordaron que en ellos había reactores nucleares.

Por falta de información, o por exceso de hambre, la mayoría de los faros fueron víctimas de los saqueadores que en busca de cobre y demás componentes de valor, hicieron caso omiso a las advertencias sobre el peligro radioactivo desmantelando por completo sus entrañas y convirtiendo desde entonces a estas edificaciones en radioactivamente contaminadas.

En la actualidad, incluso tras varias décadas de abandono en algunos casos, las zonas todavía están catalogadas como peligrosas por los altos niveles de radioactividad.

Fuentes:

tejiendoelmundo.wordpress.com
englishrussia.com

sábado 21 de noviembre de 2009

Poveglia, la isla de los horrores





El odio más irracional suele surgir de los lugares más recónditos del corazón, de sitios que jamás creeríamos tener, ennegreciendo hasta el mismo alma. Igual ocurre con ciertos lugares, sitios en los que un hecho concreto dejó un día atrapados a espíritus llenos de odio que emponzoñaron su tierra, transpirando una maldad absoluta.

Así surgió la historia de la isla de los horrores, Poveglia, una pequeña isla que se encuentra, curiosamente, en el más bello entorno que podamos imaginar: en las lagunas de Venecia, cerca del Lido. Allí, a veces, el rebalaje de las olas es capaz de arrastrar restos humanos carbonizados procedentes de la historia más macabra que podamos imaginar.

Europa sufrió una tremenda plaga de peste bubónica en el siglo XIV, pero hubo lugares donde por falta de ayuda o por su extensión, la situación se hizo más caótica y grave. En el caso de Venecia, su situación geográfica motivó que sus habitantes se vieran prácticamente atrapados como si de una ratonera se tratara. Llegó a tal punto la muerte a tomar las calles venecianas que los cadáveres se amontonaban, el mal olor penetraba en cada piedra, en cada gota de agua de sus canales, en su mismo aire. Finalmente, la autoridad decidió encontrar un lugar donde arrojar los cuerpos infectados, y Poveglia fue el lugar escogido.

Allí comenzaron a trasladarse los cadáveres que empezaron a amontonarse en las fosas donde eran quemados. Mientras, en la propia Venecia, el impacto de la peste asolaba la ciudad que se veía abocada a su perdición mientras el pánico se adueñaba de sus habitantes. Pronto no sólo se llevaron a Poveglia a los cadáveres, sino que comenzaron a recluirse allí a los infectado primero y después a todos aquéllos sobre los que había la más mínima sospecha de enfermedad. En pocos años 160.000 personas acabaron sus días en aquella isla.

El corazón de la misma isla, su tierra, se vio mezclado con la capa de restos carbonizados y de los que poco a poco iban muriendo en la isla. Tanto es así que aún hoy día el oleaje de vez en cuando arranca un poco de esa capa de restos.

Pasaron cientos de años y la isla permaneció maldita y totalmente abandonada hasta que en el año 1922 construyeron allí un psiquiátrico. Los locos allí recluidos fueron los primeros en ver extraños espíritus descompuestos que vagaban por Poveglia, pero nadie, por su estado mental, quiso creerlos. Sin embargo, aquel hospital todavía encerraría una truculenta historia. Quien sabe si el mal de la isla influyó de algún modo, pero lo cierto es que el doctor director del manicomio comenzó a experimentar con los pacientes nuevos métodos de curación. Fueron años de lobotomías y trepanaciones hasta que al propio director comenzaron a acosarlo los fantasmas. Asustado y perdida la razón decidió poner fin a sus días tirándose desde la torre del hospital.

Aún así, el doctor no falleció en el acto y cuentan quienes estuvieron presentes que una extraña nube de humo apareció de repente y se introdujo en su cuerpo hasta asfixiarlo.

Aquel fue el final del hospital que hoy día aún permanece cerrado en Poveglia. Sólo una familia fue capaz de intentar comprar la isla, pero no llegaron siquiera a permanecer una noche allí, ya que un extraño suceso que nunca quisieron desvelar, desgarró la cara de su hija la que tuvieron que darle 14 puntos.

Desde aquel suceso, salvo los que van a recoger la cosecha de los viñedos allí plantados (pues por la tierra rica en restos orgánicos dan exquisitas uvas), sólo los más atrevidos han osado aparecer por allí, pero todos juraron no volver acuciados por los gritos y lamentos que allí dicen oir, y por la abrumadora maldad que todos parecieron percibir.

Fuente: http://sobreleyendas.com

martes 10 de noviembre de 2009

Los Caballeros Oscuros



Isla del Hierro

Por Rosalía Padrón y Luis Javier Velasco

«Serían las 20 horas cuando por culpa de una avería en el tractor con que trabajaba, me vi en la necesidad de arreglarlo gracias a mis nociones de mecánica y como no quería complicaciones al día siguiente, decidí arreglarlo esa misma noche, cuando por fin, a las 4 de la madrugada tomé mi pequeña moto para desplazarme desde Aguanueva a Sabinosa (Isla del Hierro), para procurar descansar un poco.

Iba concentrado en el polvoriento y tantas veces recorrido camino de la vieja carretera con un trayecto de nueve kilómetros llenos de baches – todavía sin asfaltar a principios de los setenta –, cuando al aproximarme a la denominada “curva mala”, debido a lo estrechamente cerrada de la carretera en ese lugar, observé un personaje que estaba en el borde exterior de la curva. Lo que a primera vista tomé como una persona que estaba allí, tal vez para llegar de una localidad a otra (cosa que me extrañó debido a la hora que era), se fue tornando un Ser gigantesco que a medida que me aproximaba a él, me hizo tomar conciencia de que no era una entidad de “este mundo”: medía más de tres metros de altura y resaltaba estrafalaria y amenazadoramente su gran sombrero de copa extremadamente alto. En la mano derecha sostenía un maletín negro.

Por si fuera poco usual su aspecto, estaba su cuerpo envuelto en una amplia capa hasta los tobillos y todo aquel ser era completamente negro.

A medida que se acortaba la distancia, aquel individuo parecía aumentar de tamaño, al igual que el terror que sentía. Lo único que me permitió continuar el recorrido fue que el humanoide estaba de espaldas, mirando al mar, a la lejanía, y, en ningún momento, hizo amago de mirar hacia mí. Se mantuvo inmóvil durante toda la experiencia. Mi temor y creciente angustia continuaría hasta llegar a mi casa, porque temía encontrármelo en todas y cada una de las no menos de cincuenta curvas que aún me quedaban por recorrer hasta llegar a un lugar seguro, debido a lo despoblado de la zona. Aquella experiencia turbadora dejaría una profunda huella en mi vida y en el concepto que tenía de la realidad, hasta ese momento...»

Curiosamente cuando me relató la historia, en el año 1.977, era la misma hora aproximadamente en que ocurrió el suceso, y en las cercanías del lugar del encuentro e íbamos en la guagua para asistir a la Festividad de la Bajada de la Virgen de Los Reyes que es celebrada multitudinariamente por toda la Isla del Hierro, cada cuatro años. Cuando le pregunté “¿Quién crees tu que era aquel Ser?”; sin ningún género de dudas contestó: “¡Un extraterrestre!”.

Esto que comenzó siendo una simple historia, como tantas otras que se pueden producir en cualquier rincón de España, tomó fuerza al encontrarnos que, con una diferencia de veintiocho años, otro caso similar, con unas características inusualmente comunes, sucedió en la Isla de Gran Canaria.

En éste caso, hubo coincidencia de hora, de medio de locomoción del testigo, y un ser que responde exactamente a las mismas características, a excepción del “maletín”.

Juan José S., sería testigo inesperado de una experiencia que por el lugar donde la vivió, tendría unas connotaciones más aterradoras si cabe que en el suceso anterior, pues iba en su ciclomotor pasadas las dos de la madrugada de un día laboral del mes de octubre de 1.998, cuando al tomar el caminito que pasaba justamente delante del pórtico del Cementerio Municipal de San Isidro de Gáldar (Gran Canaria), creyó ser víctima de una broma de mal gusto o aún peor, ser testigo de un macabro intento de penetrar en el recinto del camposanto, al iluminar con los faros de su moto, a un Ser de más de tres metros de altura tocado en su cabeza con el peculiar y largo sombrero de copa y arropado en una especie de capa con bolsillos y todo él de absoluto color negro.

En un primer momento, Juan José creyó o quiso creer que aquella supuesta “persona” sería la propietaria de un vehículo que se hallaba estacionado discretamente junto al muro del cementerio, al resguardo de las vistas, porque no era común ver coches aparcados allí. Pero el hecho de no ser época de fiestas de disfraces y la tremenda altura del Ser le hizo inmediatamente replantearse la situación.

La sangre se le heló de repente al tomar conciencia de que tenía que pasar a una distancia de unos cinco metros aproximadamente de aquella solitaria y siniestra figura negra que estaba estática a la entrada del cementerio bajo la tenue luz del pórtico. Instintivamente trató de ganar distancia con aquella manifestación, pegándose al borde derecho de la estrecha vía, pues la siniestra quietud del humanoide le resultaba aterradora. A todo esto, quería dar la apariencia de normalidad para no alertar al “personaje oscuro” de que instintivamente tenía mucho miedo y unas terribles ganas de desaparecer cuanto antes de la escena.

En un momento dado tuvo la determinación que si al tomar la curva para ir por la calle principal que va a San Isidro, el Ser hacía el más mínimo movimiento, abandonaría allí mismo el ciclomotor para echarse a correr. Manteniendo una actitud fingidamente impasible, pasó próximo a la entidad pudiendo comprobar que no podía ver sus facciones gracias a la sombra de ala de su sombrero, así como por lo oscuro de todo aquel personaje; pero tenía la segura impresión de que aquella forma de vida lo estaba observando atentamente. Una vez tomada la curva, exprimió al máximo la potencia de su vehículo para interponer rápidamente la mayor distancia y escapar del lugar.

Cuando llegó a donde estaban sus amigos, que le estaban esperando, inmediatamente se percataron de que Juanjo estaba blanco y pálido; y pese a que estaba muy impresionado, les relató lo sucedido, quedando todos ellos profundamente extrañados por lo surrealista del caso, no dándole mayor importancia, pero eso si, sin volver a pasar ninguno de ellos por el cementerio de Gáldar en horas nocturnas “por si acaso”. Pasó a formar parte de un extraño suceso aislado para Juan José, quedando archivado en el recuerdo.

Otro tercer caso que también conocemos de primera mano se produjo nuevamente en la Isla del Hierro, al atardecer, en un paraje auténticamente despoblado como es la playa de la Punta de los Reyes, en el extremo oeste de la Isla, a tres kilómetros del antiguo Meridiano Cero. (Lugar llamado popularmente “Los Negros”...)

Eugenia P. Había ido a pescar y mariscar – como acostumbraba, de vez en cuando – con su marido y su pequeño hijo a aquella solitaria playa. En un momento dado, estaba descansando entre las rocas del agreste paisaje, cuando vio surgir a su derecha la “copa” de un sombrero interminable ante su asombro; su mente se negaba a admitir lo que estaba viendo en ese momento. Llego incluso a pensar que su marido le estaba gastando una broma, pues otra persona no podía ser, ya que no había nadie más en muchos kilómetros a la redonda.

Calzando este largo y negro sombrero de copa, apareció una cara desdibujada que sumió a Eugenia en la mayor confusión, quedando estupefacta con la insólita experiencia.

Tras breves instantes de bloqueo, llamó a gritos a su marido y al no recibir respuesta, bajó a la playa y allí estaba él pescando con su hijo, siendo en ese momento cuando se percató verdaderamente de lo que había vivido. Ésta mujer de fuerte carácter, considera que esta situación ha sido una experiencia excepcional.

En la Isla del Hierro (aunque menos conocida a nivel nacional), se han dado casos espectaculares y más a menudo de aparición de Ovnis. Recordemos – entre otros – la espectacular aparición de un Ovni sobre una verbena en 1.995, ante todos los asistentes a una de las fiestas más populares del año; llegando incluso a ser filmado por algunos videoaficionados que estaban allí. El Ayuntamiento de Frontera, para conmemorar esa aparición, celebra cada 13 de agosto La Verbena del Ovni, con salidas de parapentes provistos de grandes focos con luces de colores, que luego terminan por aterrizar junto a la verbena.

En el año 1.969 – también durante el mes de agosto – , apareció un Ovni del tipo “platillo volante”, durante un intervalo de diez minutos, alrededor de las cinco de la tarde suspendido sólo a unos veinte metros de altura, sobre las casas del pueblo de Sabinosa, siendo visto, al menos, por una treintena de personas.

Éstas apariciones de “Caballeros Oscuros”, relacionados con la casuística Ovni, se han manifestado en zonas calientes como son Sabinosa en El Hierro y Gáldar en Gran Canaria (Recordemos el caso de Paco Julio Padrón el 22 de Junio de 1.976 y del campo de cebollas quemado, que se conoce como el suceso de “Los Gigantes de Gáldar”). Éste último caso, es uno de los más populares a nivel mundial y es precisamente en éstas zonas calientes donde se han desarrollado los tres casos ilustrativos de este artículo; lo que nos hace pensar en la inclusión de éstos personajes gigantes al fenómeno Ovni. Y ¿Por qué no? Al fenómeno de los Hombres de Negro.

Con la excepción del suceso ocurrido a Dña. Eugenia en aquella apartada playa, la mayoría de los casos conocidos han sucedido en carreteras y vías similares. ¿Esperaban éstos Seres ser recogidos discretamente por algún tipo de vehículo de parecida manera en que entran y salen de escena los famosos Hombres de Negro?

No deja de sorprendernos estos seres oscuros cuyo extraño y silencioso comportamiento nos dejan realmente intrigados. El hecho de que su estética sea un tanto similar a la época Victoriana aún realza más el enigma de la visión. ¿Es realmente ese su aspecto por ser esa su morfología? ¿O es que de manera voluntaria usan la extraña estética para inducir a la víctima al absurdo?. Sea como fuere, no es usual ver personas con sombreros de copa tan altos, ya que habrían que mandarlos a hacer por encargo. Amén de la tremenda altura física de los seres mismos. Ciertamente, todos los testigos quedan estupefactos ante este tipo de encuentros.

Además de esto, en los dos casos reflejados anteriormente, estos seres no sólo estaban en vías de comunicación, sino que también estaban muy próximos a un poste de la luz – en el caso de la solitaria carretera del Hierro – y a una luz en el pórtico del cementerio de Gáldar. ¿Se ven acaso atraídos por el flujo eléctrico? Lo cierto es que también en otros conocidos casos nacionales de apariciones supuestamente Ovni se han observados curiosos y altos seres negros que extrañamente van cubiertos por una capa, como el ocurrido en Conil (Cádiz), en otoño de 1989, y el caso de Cabeza de Manzaneda, en 1.998, entre otros tantos casos.

Pero en el caso de Los Hombres de Negro, las similitudes y las diferencias son bastante apreciables, tanto en lo misterioso de sus actividades, como implicaciones de ambos casos en la actividad Ovni y en su aspecto; salvo que en el caso de Los Hombres de Negro, su aspecto físico es actual, con gafas oscuras, y traje con chaqueta, utilizando vehículos negros, y pareciera que en su apariencia tratasen de pasar desapercibidos, sobre todo por la noche.

Muy sorprendente resulta la película Dark City en donde unos seres extraterrestres tienen una nave que simula una ciudad, donde un gran grupo de seres humanos viven sin percatarse de que son un experimento de éstos entes. The Strangers (Los Ocultos), que dominan y modifican la ciudad y los recuerdos de los humanos a su voluntad, presentan un más que curioso parecido con los Caballeros Oscuros, por no decir que han sido escenificados de manera idéntica, pues su vestuario es exactamente igual con la salvedad del extraordinario sombrero de copa largo que calzan en Canarias y el maletín en el caso de la Isla del Hierro. En Dark City usan capas negras hasta los tobillos, sus facciones son blancas y con pocos rasgos personales y todos usan sombreros de alas caídas y bombines. Llevan la ropa muy ceñida para dar mayor apariencia de altura y por si fuera poco, se desplazan en ocasiones por el aire. Desde luego, los creadores de la película parece que están muy al tanto de éstos casos de humanoides y sus características. De hecho, la traducción de Dark City es “Ciudad Oscura”.

La semejanza de los Caballeros Oscuros con los Hombres de negro no deja de llamar la atención, así como el total sigilo con que se gobiernan. Están en ambos casos fuertemente relacionados con el caso Ovni, como ya se comentó, y lo intangible de sus visitas nos hacen pensar en “fantasmas” debido a la falta de señas o pruebas de sus estancias. ¿Pueden ser tempo nautas? ¿Viajeros del tiempo? Sobre la figura de los tempo nautas han corrido ríos de tintas y muchas especulaciones ¿Son correctores de sucesos?, ¿Viajeros del futuro que se trasladan al pasado a enmendar errores que pusiesen afectar el futuro previsto por ellos?

Éstas eficaces desapariciones, sin dejar rastro, nos conducen a la hipótesis de que pueden pertenecer a la raza de la mítica Atlántida, pues la famosa leyenda cae de lleno en el marco insular canario y aguas adyacentes. Son de sobra conocidas las historias de gigantes atlantes y sus fabulosas máquinas. ¿Podrían interactuar en nuestra realidad a través de saltos espacio-temporales o ínter dimensiónales?, tal vez ¿Turistas o curiosos del tiempo?, ¿Habitarán en un plano paralelo?. Hoy día se plantean muchas interrogantes con las posibilidades que nos trae entre muchas otras la Teoría del Universo Multidimensional de Carlos Schabbat.

No es nuevo el fenómeno de Los Hombres de negro y se sospecha que han actuado en muchos lugares donde han sucedido curiosas desapariciones de personas “molestas” y testigos políticamente incorrectos. En la literatura de investigación ufológica se los ha llegado a clasificar en varios tipos:

Hombres fuertes y atléticos de aspecto nórdico y de estética militar.

Hombres bajos con aspecto oriental y color de piel oscuro

Hombres de diferentes estaturas que suelen aparecer formando pareja, generalmente diferentes entres si: alto – bajo; rubio – moreno.

Hombres siniestros, de modales escurridizos y de sigilosas maneras, que ejecutan sus secretas misiones al filo de lo irreal.

Personajes del absurdo.

Elementos del Folclore medieval.

Los encuentros de los Caballeros Oscuros no parece tan clara su clasificación aunque nos decantamos por el 5º “Personajes del absurdo”, pues parecen ser sorprendidos por atribulados testigos que se topan con ellos en el momento menos esperado. ¿Cabría la posibilidad de plantearse que tienen preferencia por ciertos lugares? En tal caso ¿Se podría redundar en la tesis de otros investigadores del tema que afirman que son habitantes de Las Canarias desde hace mucho tiempo. Ciertamente ¿operan en el plano astral y a veces se manifiestan? ¿Compartimos las Islas con estos Caballeros Oscuros que gustan de vestir de negro, con capa y extraño sombrero de copa? ¿Podrían ser intra terrestres insulares?

Hay un lugar en la Isla del Hierro, de lava abrupta por ser de reciente emisión en la que lo extraño es “no” encontrarse con éstos “Caballeros Oscuros” con forma fantasmal, que parecen pertenecer o estar vinculados al sitio de manera perenne. Transitan por los senderos como si de vías invisibles se trataran, pareciendo “gigantescos pilares” movidos por una invisible energía. La dirección que toman cuando se los ve es norte – sur y sur – norte; no acostumbran a romper ésta normativa, cosa que a los testigos les ha llamado la atención.

Los Caballeros Oscuros que se ven en éste lugar, son de facciones orientales y carecen de pelo, apareciendo rapados aunque curiosamente nunca miran de frente, de forma que cuando están cerca de la persona, mostrándose físicamente en el plano de ésta realidad, muestran su perfil. Los Caballeros Oscuros de la Isla del Hierro tendrían unas connotaciones no sólo con la casuística Ovni, sino también con La Atlántida, por su gran envergadura. Lo característico de este sitio y que lo diferencia de otros es que se les ve siempre, dándose la particularidad de que la zona donde se encuentra el Meridiano Cero (antiguo, hasta que en el S. XIX fue cambiado por en de Greenwich), se produce una inflexión en el espacio. Todo el terreno del entorno está caracterizado por formas del paisaje que, nos parecen rostros humanos y semi humanos, y el horizonte se muestra particularmente curvo a la vista. No olvidemos que estamos hablando del lugar al que los Antiguos llamaban la frontera con el Inframundo.

A éstas manifestaciones de humanoides altos, delgados y vestidos de negro, la imaginería popular los ha relacionado siempre con ánimas errantes, como lo que ocurría entre los pueblos de Ingenio y Agüimes, en Gran Canaria. Dichos lugares están separados por el profundo barranco llamado “Guayadeque”, en cuyo borde aparecía a los asombrados testigos, un personaje estático vestido de negro tocado con sombrero y que parecía indiferente al caminante. ¿Casualidades o es que hay algo más que se nos escapa?¿cómo el hecho de que las figuras de aparecidos oscuros siempre son del sexo masculino? ¿Por qué no mujeres de negro? Será porque es más inquietante y amenazadora la figura masculina que la femenina.

Mientras con curiosidad escuchamos los insólitos testimonios, asalta nuestra mente racional la posibilidad de que todos los testigos (que no tienen ningún tipo de relación entre sí), hayan visto una alucinación que sorprendentemente presente las mismas características... ¿Pueden diferentes personas de distinto nivel cultural, social, etc., tener una visión irreal pero exactamente igual en diferentes momentos e islas? Para continuar nuestra andadura sobre estos extraños casos, nos basta la intrigante reflexión del teólogo y filósofo francés Teilhard de Chardín en la que dice: «En la escala cósmica (como nos enseña la física moderna), sólo lo fantástico tiene una probabilidad de ser cierto»

CABALLEROS OSCUROS

* Sigilosos y negro su aspecto.
* Sus actividades son un enigma, y se les considera extraterrestres.
* No se comunican con sus testigos; van a lo suyo.
* Suelen aparecer en medios rurales.
* Tienen una estatura superior a los 3 m.
* Generalmente se ha visto 1 sólo individuo, aunque hay testimonios de pequeños grupos.
* No dejan ningún rastro de su paso.
* Los testigos se los encuentran de manera fortuita.
* Entran y salen de escena esfumándose.
* Su actitud es neutra y no presentan hostilidad.

HOMBRES DE NEGRO

* Suelen ir prácticamente vestidos de negro, al igual que sus vehículos y medios.
* Sus actividades son un misterio, aunque se les relacionan con la actividad Ovni.
* Si se comunican con los testigos Ovni, incluso se sospecha que los han eliminado.
* Su radio de acción es indistinto.
* Tienen aspecto y medidas humanas.
* Tienen la costumbre de ir de dos en dos, en algunos casos son más, pero formando equipos.
* No dejan pruebas, salvo las especulaciones.
* Se aparecen a los testigos o los buscan.
* Entran y salen de escena de manera inverosímil.
* Su actitud está programada y van tras “unos fines prefijados”

Fuente: http://www.limitesdelarealidad.com

viernes 6 de noviembre de 2009

El Gran Apagón de Nueva York (1965)



Muchas ciudades han sufrido largos apagones a lo largo de la historia e incluso en Nueva York, el apagón de 1965 no fue el único ni el más duradero y costoso pero, sin lugar a dudas, pasará a los anales de la historia por ser el más enigmático de todos los que jamás han ocurrido.

El mal llamado “Apagón de Nueva York”, porque ésta solo fue una de las muchas ciudades de la costa Este que lo sufrió, comenzó de manera inexplicable el 9 de Noviembre de 1965 a las 5:28 minutos de la tarde.

En ese instante, 36 millones de personas que habitan en los estados norteamericanos de New Hampshire, Massachusetts, Rodhe Island, Connecticut, Nueva York, Nueva Jersey, Vermont y Pennsylvania, y los Canadienses de Quebec y Ontario, quedan sumidos en la más profunda oscuridad.

Posiblemente, la zona del planeta más avanzada tecnológicamente queda totalmente paralizada; todo deja de funcionar, elevadores, semáforos, electrodomésticos, radio, televisión… Los núcleos urbanos sufren grandes embotellamientos y la gente no puede llegar a sus hogares, en las gasolineras, los surtidores de carburante no funcionan y muchos tienen que abandonar sus vehículos en las cunetas al quedarse sin combustible. Nadie sabe los motivos del apagón, porque no funcionan las televisiones ni la radio, ni las rotativas de los diarios.



Es la primera vez que sucede un apagón de tanta envergadura y apenas un puñado de edificios poseen generadores propios que les dotan de unos servicios mínimos de iluminación. En los aeropuertos todo es un caos, la iluminación de las pistas y la comunicación con los aviones se interrumpe por unos momentos.

-“Es urgente que aterricemos, ¡Ya casi no nos queda combustible!

Los bomberos y las fuerzas de seguridad recorren alocadamente todos los puntos de la ciudad. Hay gente atrapada en los elevadores y en el metro.

-“En el parque de atracciones de Long Island se han quedado bloqueadas varias atracciones. ¡Hay niños allí arriba, bájenlos por favor!

La histeria se va desatando en muchos lugares. Se comienzan a dar algunos casos de robos y pillaje en distintos puntos de la ciudad. Las autoridades son conscientes de que el caos puede ir en aumento como el fallo eléctrico dure mucho más y piden explicaciones a los técnicos que rastrean la red en busca de la avería.

Lo que ha sucedido no tiene explicación razonable, toda la red ha caído fallando todos los sistemas de seguridad. Nadie encuentra una explicación a lo sucedido, puesto que los sistemas automáticos de control energético están más que preparados para soportar y redirigir todo tipo de sobrecargas y en el caso hipotético de fallar, están preparados para cortar y aislar diferentes sectores. Con lo que solo los distritos en los que se localizara la avería deberían de haber sufrido el apagón.

Cientos de trabajadores de las compañías eléctricas comprueban cada metro de la red eléctrica. Cableados, torres, transformadores, distribuidores… nadie encuentra avería alguna.

“Los sistemas de radar no funcionan ¡están ciegos! Cualquier proyectil aéreo puede cruzar nuestro cielo en este preciso momento. ¡No podríamos detectar su presencia!.”

“Es más, ni siquiera podríamos enviar uno de nuestros proyectiles teledirigidos a interceptarlo, porque “los botones de mando con los que se les ordena despegar, dependen de la electricidad para su funcionamiento” ¡Es inútil este inmenso aparato, no sirve para nada!”.


El nerviosismo va en aumento.

Exactamente a las 12 horas de su comienzo, ni un minuto más ni un minuto menos, la electricidad volvió del mismo modo en el que se había esfumado. Los relojes eléctricos ni tan siquiera se tuvieron que poner en hora, puesto que sus manecillas reanudaron su marcha con gran exactitud.

En algunas zonas del Norte todavía sufrieron el apagón durante un par de horas más por cortes manuales que se realizaron mientras se buscaba la avería.

“Que se deslinden responsabilidades. Ciudadanos comunes y corrientes, hombres de empresas y periodistas pidieron del gobierno de Estados Unidos una explicación sobre lo ocurrido. Siguen llegando telegramas, señor. Nos exigen que aclaremos lo ocurrido”.



El suceso será explicado técnicamente como un colapso en cadena de la red interconectada de 375.000 voltios CANUSE que vincula Canadá y la costa noroeste de los EE.UU. originada por sobrecarga en el sistema debido a una serie de imprevistas fallas encadenadas en el sistema de protección automática de la red.

La vulnerabilidad de las grandes ciudades quedan al descubierto ante un suceso que se suponía nunca habría de ocurrir y que afecta en conjunto a mas de 30 millones de personas. El disparador del colapso del sistema será atribuido presuntamente a una falla producida en los relés de protección de la subestación Clay en Niagara Falls, a pesar de trascender semanas más tarde de fuentes no oficiales que una detenida inspección de los mismos no mostró ninguna anomalía.

Los rumores no tardan atribuir el apagón a una serie de luces extrañas que cientos de personas dicen haber visto sobre las centrales eléctricas y sobre las ciudades antes, durante y después del apagón. Nadie deja de recordar la película de 1951, Ultimátum a la tierra (The Day the Earth Stood Still), dirigida por Robert Wise, en la que un ser venido del cosmos advierte a la humanidad sobre el mal rumbo que ésta lleva y para captar la atención de los gobiernos provoca un apagón a nivel mundial.

Pocas horas después de superarse el problema con el restablecimiento del servicio eléctrico en el área trascienden algunos desconcertantes y coincidentes testimonios sobre la aparición en Niagara Falls y en las proximidades de Syracusa de objetos voladores desconocidos, (ovnis) tanto sobre la planta Sir Adam Beck como sobre la subestación Clay, momentos antes de iniciarse el colapso del sistema.

En el primer caso la noticia es desmentida por las autoridades de la planta, pero en el segundo caso son el piloto instructor Weldon Ross junto a otro tripulante quienes dan cuenta poco después de aterrizar a tientas en el Hancock International Airport, de la presencia de un ovni de más de 30 mts. de diámetro sobre las líneas de alta tensión provenientes de Niagara Falls sobre la estación Clay.

Otros calificados testigos en tierra han reportado también otros avistamientos desconcertantes. Las investigaciones oficiales efectuadas por la U.S. Federal Power Commission y por la Comisión de Energía Hidroeléctrica de Ontario (Canada) concluirán en atribuir el suceso a causas técnicas desestimando cualquier posible relación del mismo con los hechos reportados.


Supuesto Ovni sobre Nueva York la noche del apagón

Sin embargo ninguna explicación logra rebatir la validez de los testimonios de cientos de observadores, algunos calificados, acerca de las observaciones de dos objetos voladores no identificados en el área de Niagara Falls – Syracusa y también sobre Nueva York antes, durante e inmediatamente después del imprevisto apagón. Los testimonios ganan trascendencia en primera instancia a partir de su difusión a través del “Globe and Mail” de Toronto y del “The Syracuse Herald-Journal”.

Los testimonios más calificados corren por cuenta de experimentados pilotos, dos de ellos comerciales, Jerry Whitaker and George Croninger, un instructor de vuelo, Weldon Ross y avalados por el comisionado en jefe de Aviación de Syracusa Robert C. Walsh.

Los reportes iniciales a los cuales se suman avistamientos sobre Nueva York 20 minutos después del apagón ganan trascendencia nacional a través de Associated Press y de la cadena NBC, del New York Journal American y del Indianápolis Star. Las observaciones efectuadas sobre Manhattan cuentan con el respaldo de algunas fotografías obtenidas por un fotógrafo del Times-Magazine, pero las mismas tratarán de ser desacreditadas sugiriéndose que en realidad las presuntas evidencias aportadas corresponden al paso de un satélite ruso o a simples defectos de las fotografías. El transcurso de los días diluye la trascendencia de los sucesos reportados, pero no las sospechas de un posible encubrimiento oficial sobre las verdaderas causas del apagón cuyos alcances involucrarían incluso a las autoridades canadienses. Frank Edwards, un investigador dedicado al estudio del fenómeno ovni, comprometerá a las autoridades militares estadounidenses al afirmar que las mismas estaban en alerta sobre la presencia de los objetos voladores no identificados en el área desde 45 minutos antes de producirse el apagón.

Mucho se ha escrito sobre este apagón desde entonces, están los que desmienten la veracidad de los avistamientos que cientos de personas reportaron en su día y que opinan que todo se debió simplemente a una serie de fallos azarosos de los sistemas de seguridad eléctricos y están los que opinan que al igual que la película de Robert Wise, el apagón fue obra inteligencias extraterrestres a modo de exhibición de su supremacía tecnológica ante el gobierno norteamericano.

El libro “Yo visité Ganimedes”, de Joshep Ibrahim, es quizá el ejemplo más claro de esta segunda teoría y todavía hoy, este libro está considerado como una obra de culto para muchos.

Por cierto, y a modo de curiosidad, el famoso y mítico baby boom que se produjo a raíz de éste apagón no es más que una leyenda urbana, puesto que en 1966 la media de nacimientos incluso descendió. Vease la siguiente tabla.




Fuentes:

tejiendoelmundo.wordpress.com

elultimoquecierrelapuerta.wordpress.com

paralibros.com

samaelgnosis.org

miércoles 4 de noviembre de 2009

Misterio bajo las aguas (OSNIS)



La tarde del 30 de julio de 1967 el oficial Jorge Montoya, a bordo del buque Naviero, se encontraba de servicio, cuando el barco argentino estaba justo navegando por el Atlántico Sur, a 190 kilómetros de la costa brasileña. Los oficiales fuera de servicio y la tripulación estaban cenando abajo, y la normalidad era total. Al echar una mirada al mar por el lado de estribor Montoya sufrió un sobresalto al ver a una extraña nave con forma de puro deslizarse silenciosamente por el agua a unos 15 m de distancia. Se quedó pasmado durante unos instantes y después alertó al capitán por el intercomunicador. Cuando el capitán Julián Ardanza llegó a la cubierta, la misteriosa nave seguía moviéndose paralelamente al barco. Los dos hombres la estuvieron estudiando por espacio de 15 minutos, durante los cuales el objeto se mantuvo en la misma posición. La misteriosa embarcación brillaba con luz blanco-azulada brillante y no dejaba ninguna estela. Estimaron que su longitud oscilaba entre los 32 y los 34 m.

Después, sin previo aviso, la embarcación no identificada giró en dirección al buque mercante y, produciendo un resplandor brillante al acelerar, se sumergió por debajo del buque para desaparecer rápidamente en las profundidades del océano. Los oficiales y la tripulación del Naviero acababan de ver uno de los enigmáticos objetos submarinos no identificados (OSNIS). En una entrevista que la prensa le hizo posteriormente, el capitán dijo que desde luego no se trataba de un submarino convencional ni de una ballena, y que en veinte años de servicio no había visto nunca cosa igual.

El número de visiones de OVNIS registradas desde finales de los años 40 se acerca a las decenas de miles, y los relatos que se han ido recopilando sugieren que por las aguas de nuestro planeta circulan tantos OSNIS como OVNIS hay en los cielos. Más de un 70 % de la superficie de la Tierra está cubierta de agua. La profundidad media de los mares y océanos es de tres kilómetros, y el hombre apenas ha comenzado a explorar las vastas zonas que se encuentran debajo de la superficie. Estas zonas podrían ser lugares ideales para que seres tecnológicamente más avanzados realizaran sus actividades sin que los hombres pudieran advertirlo.

Del mismo modo que la diligencia de algunos investigadores ha llevado a descubrir relatos de OVNIS anteriores a la visión de 1947 -que muchos creyeron la primera-, también se han encontrado relatos acerca de OSNIS que datan del siglo pasado. La noche del 24 de febrero de 1885, en el Pacífico Norte, la tripulación del buque Innerwich vio cómo un enorme objeto que emitía una brillante luz roja desaparecía en el mar, levantando grandes cantidades de agua al sumergirse bajo las olas. El 12 de noviembre de 1887, cerca de Cape Race (Terranova), el capitán Moore, del buque británico Siberian, contempló durante cinco minutos cómo "una gran bola de fuego" se alzaba desde el océano hasta una altura de 15 m. Antes de partir se movió hacia su barco y en dirección contraria a la del viento. Este y otros muchos relatos sugieren que los OSNIS pueden a veces convertirse en OVNIS, y viceversa.

Uno de los casos más dramáticos registrados en los anales de los OVNIS es el que ocurrió la noche del 26 de julio de 1980. El remolcador Caioba-Seahorse efectuaba una travesía regular cuando, a 95 km de la costa brasileña, cerca de Natal, el contramaestre vio de repente un objeto gris de diez metros de diámetro que flotaba sobre la superficie. Al mismo tiempo podía verse sobre el mar una luz brillante que avanzaba rápidamente en dirección hacia ellos. El contramaestre viró rápidamente para evitar el choque con el objeto flotante, que encendió entonces luces de varios colores (amarillo, rojo, verde y azul). en aquel momento la luz brillante ya les había alcanzado, y podía distinguirse un cuerpo resplandeciente de forma ovalada que se mantenía suspendido silenciosamente a unos 60 m por encima del OSNI flotante. Los motores del remolcador se habían parado, y la tripulación contempló, con miedo y fascinación, cómo el OVNI se posaba lentamente sobre el OSNI. Tuvo lugar una conexión, las luces del OSNI se apagaron, y los dos cuerpos se elevaron juntos. Después de permanecer unos minutos flotando en el aire en aquella área, el OVNI, junto con su carga, se alejó rápidamente en dirección al mar. Naturalmente, este acontecimiento impulsó a las autoridades navales a llevar a cabo una investigación de alto nivel, y desencadenó entre los ufólogos civiles brasileños innumerables especulaciones. ¿Fue la tripulación del remolcador testigo de una operación de rescate de un OVNI por parte de otro? ¿O se trataba más bien de una operación rutinaria de recogida, realizada en un lugar convenido? No se pudo llegar a ninguna conclusión; y lo que las autoridades navales eventualmente pudieron descubrir, lo guardaron en secreto.

Un resplandor verde

También han sido vistos OSNIS frente a la costa de Norteamérica. Uno de los testigos fue Wesley Gruman, de diecinueve años, que la noche del 27 de marzo de 1979 se dirigía hacia Oak Bluff (Massachusetts). Al observar un resplandor verde por encima de unas dunas de arena, en cuanto pudo miró en dirección al mar. A unos 60 m de la orilla flotaba sobre el agua un cilindro luminoso de unos nueve metros de longitud. Cuando el OSNI, silenciosamente, se elevó, Gruman paró el coche y bajó para observar cómo ascendía. Quiso ir a buscar una linterna bastante potente que llevaba en el coche, pero se encontró con que sólo podía mover la cabeza. Esta parálisis duró hasta que el OSNI se hubo alejado lo suficiente como para quedar fuera del alcance de la vista. Gruman cuenta también que se produjeron otros dos extraños fenómenos: por una parte, la radio de frecuencia modulada de su coche emitió un zumbido de baja frecuencia mientras duró la visión; el otro fenómeno fue el extraño comportamiento de su reloj de pulsera. El calendario del reloj, que funcionaba con cuerda normal, iba tres días adelantado, pero al día siguiente de la experiencia señalaba la fecha correcta, y lo sigue haciendo desde entonces.

En Newport (Rhode Island). John Gallagher observó a la luz del día un objeto no identificado que era levantado o impulsado desde el mar. En abril de 1961 se hallaba trabajando en una casa junto al mar y vio una esfera roja balanceándose sobre las olas. Intrigado, subió al segundo piso para tener mejor visibilidad, y pudo distinguir entonces que la esfera se encontraba a unos 180 m de la orilla y era arrastrada mar adentro. De repente se elevó hasta un altura de unos 18 m, se detuvo, y acto seguido, acelerando hasta alcanzar unos 160 km/h, voló en dirección a alta mar. Gallagher estaba seguro de no haber visto un globo de aire, ya que sus movimientos y velocidad no eran los de un objeto movido por el viento, sino los de un objeto bajo control inteligente.



El lago Siljan, en 1976 un Osni se precipitó al lago durante un frío invierno y abrió un canal en el hielo que no ha podido ser explicado hasta el momento.

Los objetos submarinos no identificados también extienden sus actividades a las aguas interiores. Hay relatos acerca de OSNIS en lagos, ríos, puertos, ensenadas y fiordos. En noviembre de 1980, en el río brasileño Araguari, más de setenta personas que esperaban un transbordador vieron cómo un sólido objeto de cinco metros de diámetro surgía de debajo del agua. Por espacio de unos cuatro minutos estuvo flotando en el aire a una altura de unos 200 metros, y después, lentamente, se movió en dirección al mar. Por unos momentos voló a menos de 30 m de la orilla.

El hombre que vio un "típico platillo volante" elevarse del río Thompson. cerca de Kamloops (Columbia Británica, Canadá), desea permanecer en el anonimato, pero se trata de una persona de confianza, según afirma el doctor J. Allen Hynek, ufólogo mundialmente conocido. En la soleada tarde del 16 de mayo de 1981, el testigo estaba pescando tranquilamente cuando, con un ruido "como el de agua vertida sobre una sartén caliente", la extraña nave emergió del agua helada a unos 90 m de la orilla. Entonces, acelerando, subió bruscamente por encima de su cabeza y se alejó en un abrir y cerrar de ojos. Al alejarse produjo un sonido como de chapoteo cuando unas bolitas de algo procedente del objeto cayeron en forma de lluvia alrededor del pescador. Este recogió parte de este material, que fue analizado por el Centro de Estudios de OVNIS de Illinois (Estados Unidos). A finales de 1981 aún no se habían hecho públicos los resultados.

El conductor y los pasajeros de un autobús de Londres tuvieron un asiento de primera fila para presenciar cómo un OSNI plateado y en forma de puro se sumergía en el río Lea, después de haber cortado unos cables telefónicos y de haber dejado una marca en el margen de cemento del río. Bob Fall conducía su autobús número 123 en dirección a Tottenham, el 13 de abril de 1964. cuando el OSNI voló atravesando la carretera delante del vehículo y aterrizó en el río. Se hizo dragar el río, que tenía unos dos metros de profundidad, pero no se encontró nada. La policía sugirió que tal vez los testigos habían visto una bandada de patos, lo cual no explica los cables rotos ni las señales en el cemento.

Otro caso "imposible" de visión de OSNI fue el que tuvo lugar en el río San Lorenzo, cerca de Quebec (Canadá), en marzo de 1965. El capitán Claude Laurin y su copiloto, de la línea Quebecair, pudieron ver por espacio de cuatro o cinco minutos a un "submarino" situado debajo de la superficie. a más de 300 km del mar abierto, posición extremadamente peligrosa para un submarino normal. El 23 de mayo de 1969 tres testigos oculares vieron cómo "un objeto redondo, resplandeciente y que emitía destellos de luces rojas" se sumergía en el San Lorenzo. La investigación policial lleva da a cabo "no descubrió nada".

El siguiente relato constituye una prueba bastante fehaciente de la posibilidad de que algunos OVNIS, después de un vuelo supersónico a través de la atmósfera, necesiten enfriar sus estructuras sobrecalentadas. En verano de 1967, un grupo de boyscouts estaba acampado en la orilla de un plácido lago a 32 km de St. John (Nueva Brunswick. Canadá). Los muchachos estaban durmiendo, y el jefe del grupo y su ayudante habían bajado hasta el lago para ir a buscar agua. De la oscuridad surgió un OVNI en forma de dos platillos -colocados uno frente al otro- con destellos rojos, naranjas, verdes y azules a su alrededor. Al entrar en contacto con el agua y sumergirse se produjo un chirrido, semejante al sonido que oyó el hombre que vio elevarse un OVNI del río Kamloops en 1981. El lago, de aguas claras y frías, se alimentaba de las nieves de las montañas; no obstante, cuando a la mañana siguiente volvieron los dos hombres, el agua estaba bastante turbia y tibia.

Otra extraña experiencia fue la vivida por el matrimonio Bordes, que, la noche del 16 de septiembre de 1955, se hallaban pescando en el embalse de Titicus, en el estado de Nueva York. A la 1.30 de la madrugada aún no habían tenido suerte. Entonces fue cuando la señora Bordes vio una esfera luminosa rosa que se elevaba del agua para volverse a sumergir. Al cabo de un rato, cuando estaban de vuelta hacia la orilla, ambos vieron fuera del agua una forma oscura. Tenía dos bandas horizontales de luz blanca en la base y una luz rotatoria de color amarillo encima. El señor Bordes, más curioso que asustado, remó en dirección a las luces y éstas retrocedieron a mayor velocidad. Después se movieron en dirección hacia él y entonces el señor Bordes, a su vez, retrocedió. A su mujer el asunto no le hacía ninguna gracia, de modo que remaron un kilómetro y medio en dirección al embarcadero, con las luces siguiendoles a cierta distancia. Cuando llegaron al coche y se pusieron en marcha aún podían verse las luces en el embalse. Al parecer, los OSNIS y OVNIS están particularmente interesados por los embalses. Las especulaciones de los investigadores van desde la posibilidad de que estén controlando los niveles de contaminación, hasta la creencia de que están "drogando" el agua potable.

Los poderes de estas enigmáticas máquinas, si es que de máquinas se trata, parecen ser inmensos, según nos indican los siguientes relatos de acontecimientos ocurridos en las heladas aguas de Suecia. El 30 de abril de 1966, entre las 17.15 y las 17.30, tres testigos vieron cómo un objeto gris oscuro de 9 m de longitud avanzaba por el lago Siljan (en el centro de Suecia) abriendo en la capa de hielo un canal de un palmo de espesor. El canal abierto tenía una anchura de tres metros o tres metros y medio, y una longitud de más de 800 m. Mientras el OSNI se precipitaba en el hielo a una velocidad de 95 km/h iba despidiendo por ambos lados bloques de hielo y agua en forma de cascada. Ocho años antes, el 5 de abril de 1968, el Times había dado la noticia de que "un objeto increíblemente poderoso ha practicado un enorme agujero en la capa de hielo de un lago de la parte central de Suecia; los científicos y expertos militares no saben a ciencia cierta de qué se trata". Dos personas residentes allí habían localizado el agujero cerca de Malung: tenía un área de 585 m. Al frente de la investigación se encontraba el coronel Curt Hermansson, quien afirmó que el impacto de una aeronave estaba fuera de cuestión, ya que no había ninguna señal alrededor del agujero. El hecho de que el hielo, como de un metro de espesor, hubiera sido levantado por debajo, parecía indicar -en vista de la actividad de OSNIS registrada hasta la fecha- que algo "increíblemente poderoso" había salido de debajo de la capa de hielo. Pero, ¿quién puede afirmarlo con certeza? Los submarinistas que exploraron los fondos embarrados del lago no encontraron nada que explicara el misterio. Unos días más tarde se descubrió otro gran agujero en la capa de hielo de un lago situado en las cercanías de Serna.

Las autoridades supusieron que los agujeros habían sido originados por la caída de algún objeto al agua. Hacia años que los escandinavos se veían importunados por objetos que caían del cielo. Muchos de estos sucesos ocurrieron en 1946. y al principio la prensa supuso que se trataba de meteoritos; sin embargo, al aumentar el número de relatos en torno a proyectiles plateados en forma de torpedo y que emitían trazas de humo -muchas veces más de un relato al día- se les denominó "cohetes fantasma". La primera suposición fue que se trataba de cohetes alemanes V2, capturados y puestos a prueba por los soviéticos; no obstante, los hechos no confirmaban estas suposiciones. A pesar de que el complejo de fabricación de cohetes que los alemanes tenían en Peenemünde había sido ocupado por los rusos en mayo de 1945, los científicos alemanes ya se habían rendido a las fuerzas norteamericanas, dejando las instalaciones de pruebas completamente destruidas. No era posible que los científicos rusos hubieran empezado a montar y disparar V1 o V2 en tan poco tiempo, y mucho menos desarrollar y construir cientos de cohetes nuevos con unas características de vuelo bastante distintas a las del V2.

Un típico caso de "cohete fantasma" fue el presenciado el 19 de julio de 1946 por una familia que aseguró haber oído un ruido como "el de un fuerte viento" y visto dos cohetes de dos metros de longitud y unas alas cortas, como de un metro, situadas en la mitad inferior de la máquina, que pasaban sobre sus cabezas y se sumergían en el lago Mjosa, a 96 km al norte de Oslo (Noruega). en el fondo del lago podía verse un cráter, pero en las operaciones de dragado ordenadas por las autoridades militares no se halló nada. Los cohetes fantasma eran detectados por radar cuando efectuaban cambios bruscos de dirección, pero raramente chocaban Y, cuando lo hacían, siempre era contra las aguas de un lago. No obstante, nunca se encontraron restos, a pesar de las intensas búsquedas llevadas a cabo por el ejército.

Desde que terminó la segunda guerra mundial, las marinas del mundo han seguido con frecuencia la pista de grandes naves submarinas cuyo rendimiento es muy superior al de cualquiera de sus propias naves-estrella. Igual que los objetos submarinos no identificados (OSNIS), estas misteriosas naves parecen congregarse en zonas especiales de este planeta; las que más parecen atraerlas son las aguas escandinavas y la costa oriental de América del Sur.

Al hablar de submarinos y de aguas territoriales escandinavas, muchos lectores habrán recordado inmediatamente el incidente del otoño de 1981, cuando un capitán ruso encalló su submarino en Karlskrona, Suecia, a causa de un "error de navegación". Sin duda, a los rusos les gusta estar bien informados acerca de las naves de otras naciones, y observar lo más cerca posible sus maniobras y sus actividades; algunos de los artefactos submarinos que han sido localizados bien podían ser rusos. Pero, de la misma manera que los rusos fueron culpados al principio de los "cohetes fantasma" suecos de 1946, también puede que se les culpara injustamente de la circulación de muchos de los submarinos misteriosos que han salido a la luz desde los años cincuenta.

El rendimiento y la conducta de algunos de estos OSNIS sobrepasan los de las naves convencionales, tal como los aviones terrestres son superados por los OVNIS. La velocidad máxima de los submarinos más modernos es de unos 45 nudos, es decir, 80 km/h, pero estos submarinos misteriosos se desplazaban por el mar a una velocidad tres veces mayor. Cuando realizaban maniobras en el Atlántico Norte en 1963, el portaaviones norteamericano Wasp y otros 12 buques detectaron una gran nave submarina que se desplazaba a 150 nudos (280 km/h). Se mantuvo en sus proximidades durante cuatro días, maniobrando alrededor de ellos y sumergiéndose a profundidades de 8.200 m. El récord de profundidad de los submarinos conocidos es de 1.900 m. En julio de 1972, un submarino no identificado recorrió la costa de Chile a una profundidad de 1.000 m, muy superior a la que suelen alcanzar los submarinos convencionales, que a esa profundidad corren un gran riesgo a causa de la tremenda presión.

Osnis vs la OTAN

¿Fue un submarino espía soviético el que penetró unos 150 km en los fiordos noruegos en noviembre de 1972? Durante tres semanas, la marina noruega, con la ayuda de buques y aviones de la OTAN, buscó al misterioso intruso que fue repetidamente localizado y perdido en el fiordo de Sogne. En la cacería intervinieron varias docenas de naves, además de helicópteros, y se emplearon sistemática y masivamente cargas de profundidad, pero no hubo forma de que la extraña nave saliera a la superficie.

El 23 de noviembre un gran objeto oscuro fue visto desplazándose bajo la superficie en el fiordo de Luster, un ramal del fiordo principal, mientras más o menos al mismo tiempo en el fiordo de Aurlands, otro ramal, un barco de guerra seguía a un submarino con el sonar. Esa noche, se vieron seis cohetes rojos que eran disparados desde las profundidades del mar mientras que muy cerca de allí, en un pico inaccesible que domina el fiordo de Aurlands, se observaban destellos rojos y verdes. El 24 de noviembre las fuerzas combinadas realizaron un ataque concertrado con cargas de profundidad. El único resultado fue la aparición de una poderosa y desconocida fuente de interferencias que interrumpió completamente las comunicaciones e inutilizó todos los aparatos de radar y de sonar.

El 27 de noviembre, un comunicado de las autoridades noruegas afirmaba que el submarino misterioso se había marchado, sin ser visto ni identificado. En otros fiordos noruegos han tenido lugar incidentes similares, y también en las aguas costeras suecas y en las cercanías de las costas de Groenlandia, en zonas aparentemente sin valor estratégico. Pero jamás ha sido identificada, atrapada o dañada ninguna nave.

¿Máquinas o monstruos?

También han aparecido OSNIS en los lagos de Suecia. Un objeto provisto de lo que parecía ser una cúpula de plexiglás fue visto en el lago de Bullaren, en Bohuslan. En el lago Ravaslen se observó varias veces un objeto de 15 m de largo, y en el lago Stensjön, en Ostergötland, fue visto un OSNI con una torre de mando. Informes provenientes de otros lagos hablan de grandes formas oscuras que fueron vistas debajo de la superficie. Es imposible saber si se trataba de máquinas o de monstruos, por ejemplo del tipo del que aparece en el Loch Ness.

Una cacería de OSNIS similar a la de Noruega ocurrió en febrero de 1960 en el golfo Nuevo, donde la marina argentina persiguió durante dos semanas a dos submarinos misteriosos a los que suponía soviéticos. Sin embargo, su velocidad y su capacidad de maniobra seguramente hicieron reflexionar a las autoridades. A causa de la continua actividad de OVNIS y OSNIS a lo largo de la costa argentina, la gente hablaba de "los marcianos" que, según creían, operaban desde bases submarinas. Ocho meses antes, en el puerto de Buenos Aires, las autoridades navales habían tenido problemas con un OSNI grande, veloz y muy maniobrable que tenía forma de pez y color plateado. Su rasgo más característico era una gran aleta caudal vertical, como la deriva de los aviones. Se supo qué aspecto tenía porque unos submarinistas pudieron examinarlo, pero no identificarlo.

En el año 1978 se produjo una enorme oleada de actividad OVNI en Italia; se redactaron más de 500 informes, y aún después de eliminar los errores y las mentiras, las cifras seguían indicando la existencia de una intensísima actividad, que culminó en los últimos tres meses del año. A lo largo de la costa del Adriático se prodigaban los fenómenos inexplicados: columnas de agua que se levantaban en mares tranquilos hasta una altura de 30 m; luces rojas y blancas que seguían a las barcas de pesca por las noches; OSNIS vistos en la superficie o en las profundidades, que salían a la superficie y se sumergían, e interferencias eléctricas en radares, radios y televisores. Los pescadores se negaron a hacerse a la mar sin protección naval.

Durante la noche del 9 de noviembre, Nello di Valentino, capitán de una nave de guerra italiana, vio, junto con dos de sus hombres, una brillante luz roja que surgía del mar a 1.000 m de distancia, se elevaba hasta alcanzar 300 o 400 m de altitud y después se alejaba en dirección este. Mientras esto sucedía, las comunicaciones por radio con la costa quedaron interrumpidas. Buena parte de la población pasaba las noches tratando de ver OVNIS u OSNIS e, inevitablemente, algunos hechos normales fueron confundidos con acontecimientos de origen extraterrestre. A la luz del alba del 7 de diciembre, en el golfo de Venecia, cerca de Caorle, cientos de personas que habían estado observando luces en el mar durante la noche contemplaron alarmadas cómo extrañas naves y extraños seres emergían de las aguas; se trataba de unas maniobras combinadas de fuerzas aéreas y navales con naves y tropas anfibias.

No resulta tan fácil explicar la experiencia de tres pescadores franceses del puerto mediterráneo de le Brusc quienes, a las 11 de la noche del 10 de agosto de 1962, se hallaban en sus barcas en una noche clara y calma. A unos 300 m de distancia apareció una nave metálica alargada que se desplazaba con lentitud por la superficie. Los hombres lo comentaron y supusieron que se trataba de un submarino, aunque de un tipo que no lograron identificar. Las aguas que rodeaban a la nave se agitaron, y una docena de hombres rana salieron de ellas y treparon al extraño submarino. Los pescadores les saludaron con gritos amistosos, pero los desconocidos no respondieron y se introdujeron en la nave. Antes de desaparecer, el último de los hombres rana se volvió hacia los pescadores y alzó el brazo derecho, respondiendo al saludo. Los asombrados pescadores fueron testigos del ascenso del extraño objeto, que salió del mar, situándose justo por encima de las olas; se encendieron luces rojas y verdes y comenzó a girar lentamente de izquierda a derecha. Mientras lo hacía, el objeto emitió una luz anaranjada y, describiendo un elegante arco sobre el mar, aceleró rápidamente y ascendió hasta perderse de vista.

Actividades nocturnas similares han sido registradas en otros lugares: un mes antes, en el golfo de Catalina, al sur de Los Angeles, el capitán de un barco de pesca de alquiler y su ayudante observaron una extraña nave a través de sus prismáticos nocturnos, a unos 400 m de distancia. Parecía un submarino que flotaba en el agua; era de color gris acero y carecía de identificaciones. Llevaba una extraña estructura en la popa, y cinco figuras se movían alrededor de ella, aparentemente trabajando en algo. Al cabo de un rato el submarino misterioso se puso en movimiento y el capitán del barco pesquero se vio obligado a maniobrar para evitar la colisión. La extraña nave pasó a toda velocidad junto al pesquero. No emitía ruido ni dejaba estela, pero provocó una gran oleada mientras se dirigía a mar abierto. Las autoridades navales acogieron con gran interés el informe de estos hombres y, durante una entrevista, les mostraron siluetas de submarinos extranjeros para que trataran de reconocer en ellos el misterioso objeto.

Artefactos del océano

El origen de estos misteriosos OSNIS y de sus tripulaciones anfibias sigue siendo desconocido, pero quizá los desconcertantes artefactos que pueden haber dejado en el lecho del mar suministren pistas acerca del propósito de sus actividades nocturnas. Un ejemplo es el brillante cilindro metálico de 7 m de longitud y 3 m de diámetro que un submarinista español encontró en el lecho del Mediterráneo en julio de 1970. La superficie lisa y sin remaches del cilindro no presentaba ninguna abertura, y estaba tan limpia que no podía llevar mucho tiempo debajo del agua. A la mañana siguiente el submarinista quiso echarle otra ojeada, pero había desaparecido. Buscó por toda la zona, pero no pudo encontrarlo.

El objeto hallado por el buscador de tesoros Martín Meylach en la costa de Miami (Florida) en septiembre de 1966 no debía de ser muy diferente. Meylach volvió con dos submarinistas de la Marina, pero no sabemos si el objeto fue rescatado o desapareció, como el de la costa española. Las Fuerzas Aéreas negaron que se tratara de un misil caído de un avión.

En abril de 1967, dos muchachos daneses vieron un OVNI que dejaba caer varios objetos en el estrecho de Kattegat, cerca de Sjaellands Odde, a 80 km al noreste de Copenhague. Los restos que se recuperaron después incluían "limo y carbón inorgánico, combinados de forma totalmente desconocida". Lorentz Johnson vio cómo un "puro" resplandeciente arrojaba dos objetos alargados a las aguas del fiordo de Namsen en diciembre de 1959. Un tiempo después, investigadores de OVNIS encontraron, con la ayuda del sonar, un objeto de 6 m de longitud por 2 m de altura, pero a una profundidad de 90 m, lo cual dificultaba demasiado la tarea de rescate. Dijeron que habían observado en el fondo huellas de ruedas que se dirigían hacia mar abierto.

Surcos no identificados de 1 m de anchura, dejados en apariencia por algo parecido a un globo, fueron hallados en una playa de Venezuela en agosto de 1967. Dos días después dos científicos norteamericanos se personaron allí para estudiar los surcos y, al parecer, los consideraron muy interesantes. El OVNI que fue visto amerizar y despegar en el mar en Río de Janeiro (Brasil) en junio de 1970 dejó un cilindro rojizo en el agua, que fue recogido después por una lancha de la policía. Aparentemente, los gobiernos del mundo están más interesados de lo que suelen admitir en estas actividades submarinas, pero no se sabe qué enseñanzas les han proporcionado los artefactos que han conseguido recuperar.

Ivan T. Sanderson, biólogo y fundador de la Sociedad para la Investigación de lo Inexplicado, presentó en su libro Invisible Residents (Residentes Invisibles, 1970) parte del material que hemos estado examinando. Este autor sugiere que debajo de los océanos podría vivir una raza mucho más antigua que la humana, que posiblemente desciende de las formas de vida que no abandonaron los mares primitivos para desarrollarse en tierra, sino que permanecieron en los mares donde se desarrollaron más rápidamente.

Hasta aquí, esta teoría evoca el tema semi-folcklórico de los hombres-pez y el filón lovecraftiano de los profundos. Pero, según Sanderson, al llevar muchos millones de años de ventaja a la humanidad, esta raza evita el contacto directo con las formas primitivas -los hombres- que habitan la superficie del planeta, y ha desarrollado hasta tal punto su tecnología en todos los campos, que ahora puede realizar fácilmente viajes interestelares en sus espectaculares naves, que nosotros denominamos OVNIS y también OSNIS.

El investigador de OVNIS John Kell sugiere que "alguien maneja una marina y una fuerza aérea clandestinas en este planeta", y supone que las bases submarinas podrían hallarse en las regiones situadas al norte del círculo Ártico. Los fundadores de la APRO, Jim y Coral Lorenzen, sugieren que los fenómenos OSNI forman parte de las actividades de cartografía y minería que llevan a cabo los extraterrestres. En 1973, la Sociedad Argentina de Investigación de Fenómenos Extraños afirmó que, tras muchos años de investigaciones, no dudaba que máquinas de otros mundos habían establecido bases submarinas en los golfos de San Matías y San Jorge, en la costa patagónica. Y en Venezuela se han visto tantos OVNIS zambullirse y salir del mar de las Antillas, que muchas personas creen en la existencia de bases submarinas, aunque las opiniones varían acerca de su localización: en las profundidades del océano, en las cercanías de la costa o en grandes "naves madre" situadas en el fondo del mar. Sin embargo, el mundo submarino permanece todavía en gran parte inexplorado y, como suele suceder en la ufología, los investigadores topan con dificultades por el momento insuperables.

Fuente: http://www.lo-inexplicable.com.ar